IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN
YAHWEH IS SENDING
YAHWEH IS SENDING
YEHOSHUA AGAIN.
He will establish the Kingdom
of God in this world.
ARE YOU READY???
'UNA CARTA ABIERTA'
LA VIDA DIVINA DEL DIOS TRINO EN MI CORAZÓN PURO
IGLESIA ADVENTISTA LECTURAS
En 1 Timoteo 1:5 se nos dice:
“El propósito de esta orden es el amor nacido de un corazón puro, una buena conciencia y una fe no fingida”.
El amor nacido de un corazón puro, implica primeramente, un nuevo nacimiento, donde el amor Divino esté asociado y unido a este nuevo corazón que comienza a ver la Luz Divina y a experimentar el Espíritu de Cristo procesado y Su Vida.
En segundo lugar indica que el Espíritu de Cristo procesado, tiene la necesidad de ser formado en esta persona, desechando, mediante la fe, toda su vanagloria y de lo que propone el mundo, dejando penetrar en su corazón, el Espíritu Vivificante.
En tercero lugar es que esta persona tiene que haber sido consagrada, ungida, sellada, y haber recibido las arras en su espiritu y en todo su corazon, por el Espíritu del Dios Triuno, como Huiós de Dios.
No es nada sencillo tener un corazón puro, y es imposible si no tenemos el Espíritu de Vida que hace en nosotros esta obra.
Durante la fase de la iluminación, el elegido se enfrenta a enormes conflictos internos. De una parte tiene la iluminación del Espíritu de Cristo procesado, que lleva a su mente natural, la luz de la Vida del Espíritu del Padre, del Espíritu Unigénito del Hijo de Dios y del Espíritu, donde el amor Divino toma el primer plano, en contraste al amor natural del iluminado, que se basa en los dictamen de su mente de su voluntad, de sus emociones y sentimientos y de su conciencia natural, que siguen la ley del conocimiento del bien y del mal.
Es por esto, que el Apóstol nos informa que el iluminado, necesita una mente pura, nacida de nuevo y que sus pensamientos se originen en el Espíritu del Dios Trino, para poder progresar a tener formado el Espíritu de Cristo procesado en él, para ser consagrado y ungido, dejando atrás, todo lo que se necesita dejar atrás, mediante una mente sumisa a la voluntad del Espíritu del Dios Triuno, mediante la fe en todo el “rema” del Espíritu del Dios Triuno.
Un corazón que solo expresa la Luz y Vida del Espíritu del Padre, no es completo, se necesita también la Luz y la Vida del Hijo unigénito de Dios, y que esta Luz y esta Vida, sea llevada en el nuevo corazón, por medio de la labor del Espíritu. Pero es imposible recibir esta Luz y esta Vida, si antes, la obra de redención, el lavamiento y la regeneración, tenga hecho su obra en el iluminado. El pecado necesita ser quitado de medio y hacer que este corazón, vuelva primeramente a su estado original en el jardín de Edén, y a partir de allí, llegar a hacer parte permanente de la familia de Dios, con la Vida y el Espíritu de Cristo procesado, formada en todo su ser.
La justificación y la redención no con suficientes, se necesita la Vida Espiritual Divina del Dios Trino, en todos los que son parte del Nuevo Hombre. Solo después de la justificación y la redención, el Espíritu del Dios Triuno, podrá depositar la verdadera Vida Espiritual Divina en sus Huiós, y hacer cesar el conflicto interno que despertó la iluminación Espiritual Divina.
Durante esta iluminación, el iluminado quiere seguir las directrices de esta Vida, pero su corazón está todavía en conflicto con el Espíritu del Dios Trino e imposibilitado de seguir esta Vida, debido a su separación del Espíritu del Dios Triuno, y a toda la vanagloria que todavía vive en él. No importa lo tanto que sus emociones quieran seguir esta Vida, o cuanto sea poderosa su voluntad en seguir los dictamen de la Vida Espiritual Divina, intentando mejorar sus virtudes.
Antes o después el iluminado, siempre vuelve a su vómito, siendo esclavo del pecado. Es un periodo de lágrimas y decepciones terriblemente dolorosas; es el tiempo que se descadena un poderoso conflicto interno, que a pesar de la intenciones “buenas” de iluminado, estas están fundamentadas en su vida natural, la de su “Yo” que sigue la ley del conocimiento del bien y del mal.
Debido a este hecho, no se puede producir ningún acercamiento a la fuente de la Vida Espiritual Divina. Esto lo expresa el mismo Pablo en Romano 7 en desarrollar el tema del poder de la Ley y de la Gracia. En sus tiempos, antes de la cruz, o como niño en Cristo, Pablo estaba incapacitado en seguir los dictámenes de la Vida del Espíritu, y decía:
15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago.
16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.
17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí.
18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.
20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí.
21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí.
22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios;
23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?
25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro.
Pablo necesitaba que su “cuerpo de muerte” fuera libertado. Como la única solución, aporta la Gloriosa obra de “Jesucristo Señor nuestro” a su favor y nuestro. Por su muerte, resurrección, ascensión y glorificación, el “hombre miserable”, con “un cuerpo de muerte” puede ser libertado experimentalmente en el momento de la “Huiothesia”. Esto incluye la redención que lo justifica, como un nuevo nacimiento, que hace, del iluminado un hijo legítimo justificado (Nepios o teknón) del Espíritu del Dios Triuno.
De este estado de niño en Cristo, el hijo del Espíritu de Dios, recién nacido, el Espíritu del Dios Triuno, provee para suministrar Su Luz y Su Vida, para que un día, el Espíritu del Padre, el Espíritu del Hijo Unigénito, el Espíritu, sea completamente formado en él, y ser considerado por medio de la Huiothesia, un Huiós del Espíritu del Espíritu del Dios Triuno, además de herederos del Espíritu de Dios y coherederos con el Espíritu de Cristo procesado.
Con estos presupuestos, el Huiós del Espíritu de Dios está lavado y regenerado y ungido de tal forma, que el Espíritu del Dios Triuno, hacer fluir en él, en su Vida Espiritual, y más precisamente, en su espíritu, en su alma, en su mente, en sus sentimientos y emociones, en su consciencia y en su cuerpo, de tal forma que puedan ser vivificados en su totalidad, y poder glorificar a su Señor y Salvador en su Vida.
Es por esto, que Pablo tenía dolores de parto, hasta ver el Espíritu de Cristo procesado fuera formado, en los niños, insertados en el Espíritu del Dios Triuno.
La Vida Divina, no intenta mejorar el ser caído, lo entrega a “muerte”, para que pueda recibir una Vida Espiritual Nueva, nacida del Espíritu de su Padre Celestial.
Hay otra interpretación de lo descrito antecedentemente y es que a pesar de la obra Espiritual Divina, el Huiós del Espíritu de Dios sigue teniendo un cuerpo no regenerado y sujeto al pecado en su vida de santificación. Por el autor, se pretende anular o negar parte de la obra de Cristo, para que esta, se quede sin valor, para el Huiós de Dios. Creyendo esta teoría, El teknón del Espíritu de Dios, o nepios, siempre, o antes o después, será llevado al pecado debido que la Vida Espiritual Divina, no puede obrar efectivamente en el cuerpo, debido a un “yo” que parece que no puede morir. Todo esto es por creer fabulas artificiosas, y a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.
La Verdad Espiritual Divina y la Vida Espiritual Divina, han provisto una obra completa, en el ser apartado por Dios, para que su comportamiento, pudiera efectivamente, en su experiencia, tener un cambio efectivo, desde los ídolos al Espíritu del Dios Triuno, con el fin de poderlo Glorificar con su conducta, que expresa la Vida y el Espíritu del mismo Dios Triuno, formado en él. Esto, según el autor, es la Verdad y la Vida, provista al hombre por el Todopoderoso. Un hombre que plenamente contiene su parte del Espíritu del Dios Triuno en todo su ser.
Desde luego el autor admite que por lo expuesto, hay un proceso necesario, desde el estado de ser nepios, hasta a ser Huiós, y desde Huiós a Huiós que han llegado ser como fue conocido antes de la fundación del mundo. Tenemos que aceptar que existe de hecho una jerarquía desde los niños en Cristo a los Huiós de Dios perfeccionados, (¿No la hay de hecho jerarquías, en nuestras iglesias, no la hay en los ángeles?) desde teknón carnales, a huiós espirituales.
Esto nunca da derecho a un teknón o Nepios, de seguir en su vida carnal. La Vida Espiritual del Dios Triuno, puede proveer abundantemente en esta transición, hoy y ahora, pero el Espíritu de Dios Triuno quiere nuestra participación, en el sentido, que nuestra voluntad, no tiene que ser antagonista a sus propósitos, más tiene que dejar a la Vida Espiritual Divina, poder expresarse libremente en él niño en Cristo con toda mansedumbre y humildad mediante la fe.
El Teknón tiene que enfocarse exclusivamente mediante la fe en la obras de Cristo, que el Espíritu de Dios le ha dado, para derrumbar toda barrera, todo velo, toda doctrina, todo concepto, el nefios tiene que creer lo que es, y lo que llegará a ser, tiene que creer en la Luz que está recibiendo, la cual es poder en él, para poder Glorificar siempre al Señor, en total unión como Huiós, y total comunión con el Espíritu de Dios Triuno, hasta que Este, pueda terminar hacer fluir Su Vida Espiritual en él. Esta vida Espiritual, está formada, en todos los Huiós consagrados y ungidos, para hacer toda obra, preparada de antemano, por el Espíritu de la Deidad, y ejecutada por el Huiós, mediante la Vida Espiritual del Dios Triuno en él.
En Juan 14:6 el Señor Jesús dijo:
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Después añadiendo en Juan 14:10 dijo:
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.
Cristo creía espiritualmente que era el Espíritu del Padre que hablaba y obraba por medio de Él. Creía firmemente que el Padre estaba en él, y él en el Padre en una unidad perfecta. Esto precisamente, tiene que experimentar el Huiós de Dios, en todo lo que hace. Esta tiene que ser su realidad. Tiene que creer como su más real realidad, que la Vida del Espíritu del Dios Triuno, es la misma Vida Espiritual Divina del Padre, del Hijo y del Espíritu y que esta Vida es lo que tienen todos los creyentes en su corazón.
Podemos así decir que no solo hemos recibido esta Vida Espiritual, más que tenemos como Huiós, recibido el Espíritu de la Deidad en nosotros, la cual Deidad, desea poderse expresarse con todo Su poder en nosotros, mediante nuestros cuerpos. Todo esto hace parte de la economía del Espíritu del Dios Triuno desde la eternidad. Cuando tenemos el Espíritu del Dios Triuno formado en nosotros, como nuestra Vida Espiritual Divina, podemos andar en la Luz, porque Él es Luz. Ya no queremos y no podemos ser carnales, debido que en el Espíritu del Dios Triuno, no hay carne débil, más Verdad, y Vida Espiritual, que puede someter mediante una voluntad sumisa, mansa y humilde, a todo el cuerpo.
Él es el Espíritu de Vida y poder en nosotros, Él es el Espíritu del Dios Trino en nosotros. Es por esto que todo depende de nuestra calidad de fe. El Espíritu del Dios Triuno, ha dado a los iluminados, fe suficiente para creer Espiritualmente en toda Su obra, para que Él pueda libremente expresarse en nosotros debido que lo contenemos en nuestra porcion, en la totalidad de nuestro ser. Cuando la Vida Espiritual del Dios Trino se expresa, totalmente formada en nosotros, puede expresar todo el fruto del Espíritu; no puede ser diferente.
Todo esto es posible, no solo debido a nuestra justificación, “nosotros en el Espíritu de Cristo”, más esta situación nos lleva a tener el Espíritu del Dios Triuno formado “en nosotros”. Él es el Espíritu del Dios Triuno, y en Él está la Luz y la Vida Espiritual Divina. Esta Vida, está formada, en todos Sus Huiós. Sin el Espíritu del Dios Triuno, formado en nosotros, “Dios en nosotros”, no tenemos ni Su Luz Espiritual ni Su Vida Espiritual. Por esto, tenemos que aceptar al Espíritu del Dios Triuno, “en nosotros” y que Este, sea totalmente formado. De otro modo, nadie podría conocer al Espíritu del Dios Viviente, y hacer parte de su familia. En Efesio se dice:
12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Y en 1 Jn. 5:12 dice:
12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
A pesar que en el Espíritu del Dios Triuno, está la Vida, él no puede impartirla directamente. Él no puede proceder a impartirla directamente. Lo hace por medio y obra de Su Espíritu. Dice en Juan 6:63:
NIV 63 El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida.
Y en 2 Co. 3:6 dice:
NIV 6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, más el Espíritu vivifica.
El Espíritu vivifica mediante la Vida Espiritual del Espíritu del Dios Triuno en nosotros. En 1 Co. 15:45 dice:
45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.
Cristo glorificado, es ahora el Espíritu Vivificante, debido que su posición actual está en la realidad Espiritual, y como Espíritu, puede Vivificar con poder, al niño en Cristo, hasta que, el Espíritu del Dios Triuno, sea formado en él.
En Juan 14:17 dice:
17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Siguiendo en el v. 18 dice:
18 No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
Dándonos entender que el Espíritu Glorificado de Yehoshua, es el Espíritu que iban a recibir a todos los niños en Cristo en el momento de ser insertados en Él.
¿Para qué? Dice en Ro. 8:11;
11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
El Espíritu del Dios Triuno, no solo vivifica nuestro corazón, también vivifica nuestros cuerpos, por el Espíritu del Dios Triuno que mora en nosotros. Él Espíritu Divino es el medio por el cual experimentamos la Vida Espiritual Divina formada en nosotros, ahora y en esta tierra, y seguiremos experimentándola en las esferas celestiales. El hombre es la única criatura sea en la tierra que en el cielo que puede contener una parte de la esencia del Espíritu del Dios Triuno. Esta prerrogativa es la que promovió la sedición de Lucero. Es triste que el hombre reúsa recibir esta prerrogativa que tanto esfuerzo produjo el Espíritu del Dios Triuno hacerla realidad, incluso al costo de perder temporáneamente Su Reino.
Hermanos y hermanas, os suplico, creer en la obra del Espíritu del Dios Triuno, que lo dio todo, para crear un ser, el Nuevo Hombre, la Iglesia, que lo podía contener totalmente de manera voluntaria. Desechar toda vanagloria por medio de la fe en Su obra, y permitir al Espíritu del Dios Triuno de contener todo nuestro ser, con humildad y mansedumbre este es nuestro mandato. Que tengamos siempre claro que solo somos el producto de Su economía. El Espíritu del Dios Triuno, nunca quiso hacernos Dioses, solo parte del Nuevo Hombre que puede contener de manera corporativa al Espíritu del Dios Triuno.
UNA COCIENCIA BUENA Y PURA
En 1 Timoteo 3:9 se nos dice:
“Que guarden el misterio de la fe con una conciencia pura”, y 2 Timoteo 1:3 comienza diciendo: “Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis antepasados con una conciencia pura”.
Una mala conciencia, es una conciencia separada del Espíritu de Dios.
Una buena conciencia es una conciencia que puede tener un niño en Cristo.
Una conciencia pura es una conciencia donde fluye la Luz y la Vida Espiritual de la Deidad formada, en un Huiós de Dios, haciendo las obras que el Espíritu de Dios tiene preparado para sus Huiós.
Una conciencia pura, se tiene siempre que expresar, en un presente continuo, debido que es nuestra realidad. Esta es la marca del Espíritu. Esto es Vivir, llenos del Espíritu Santo, en un estado continuo, debido que contenemos una porción del Espíritu del Dios Triuno.
La Vida Espiritual del Dios Trino, tiene que expresarse sin parar, para que Su Espíritu pueda Glorificarse en todos Sus Huiós sin pausa.
Él Huiós que tiene un corazón puro, tiene una conciencia pura. El Huiós del Espíritu del Dios Triuno, es llamado a Su servicio, y solo lo puede hacer, mediante un corazón puro y una conciencia pura como Huiós consagrados.
De otra forma el servicio, es el servicio a nuestra propia mente, y nuestra propia voluntad natural, a nuestra vanagloria, de nuestra arrogancia; este servicio, se llama también, un servicio carnal y nos es más que un trapo de inmundicia, bajo la dirección del espíritu de Satanás.
Toda obra que tenga más valor que el Espíritu de Dios, pertenece a una conciencia que podemos considerar del punto de vista humano como “buena”. Una buena conciencia no llamarás la atención al individuo, pero esto no quita que sus obras, sean trapos de inmundicias. Su fin es la muerte.
Predicar el evangelio con absoluta consistencia, escribir buenos estudios bíblicos, preparar buenos sermones, llevar un buen liderazgo en una iglesia, son todas buenas obras, pero cuando estas obras, tienen su origen en nuestra mente y no en el fluir de la Luz y de la Vida Espiritual del Dios Trino, solo son trapos de inmundicias, solo producen vanagloria.
Nuestra conciencia, solo será una buena conciencia, pero no una conciencia pura, que es la única que puede servir al Espíritu del Dios Triuno.
Para tener un corazón puro, primeramente tenemos que conocer en que consiste un corazón. Esto se no los revela e los siguientes vs.
R60 Matthew 9:4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
R60 Acts 11:23 Éste, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón permaneciesen fieles al Señor.
R60 Hebrews 10:22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
El corazón está compuesto por la mente, la voluntad, las emociones y sentimientos, la conciencia y el espíritu. Cada parte de nuestro corazón tiene que estar puro. Cuando todas nuestras partes del corazón son puras, entonces es cuanto tenemos un corazón puro y nuestra conciencia también es pura, debido que hace parte de nuestro corazón. Es importante juzgarnos con meticulosidad, pero tenemos que dejar al Espíritu que nos pruebe, y que nos examine, para que no revele nuestra verdadera condición, sea en la mente, sea en la voluntad, sea en las emociones o sentimientos, sea en la conciencia. Él siempre evidencia cualquier forma de vanagloria en nosotros en las circunstancia de nuestra vida. Él quiere que esta, sea desechada, mediante la fe en la obra de Cristo, para que Él pueda avanzar en nuestro corazón, para que se forme el Espíritu de Cristo procesado en nuestro corazón.
Nuestra mente, puede tener una variedad de pensamientos, y si el Espíritu nos revela, que algunos tienen su origen en nosotros, tendremos la certeza que nuestra mente nos está pura y sabremos lo que tenemos que desechar. Solo si nos juzgamos, podremos beneficiarnos de este juicio. Nuestros pensamientos tienen que ser los de la Vida Espiritual Divina, que se expresa en nosotros en todo momento. El Espíritu de Dios, debe tener su primacía en todo nuestro ser siempre, en todo momento.
Nuestra voluntad está haciendo toda clase de actividades durante el día. Estas actividades tienen que expresar la Voluntad de la Vida Espiritual Trina de Dios en nosotros, y el Espíritu del Dios Triuno, tiene que tener su primacía en nuestra voluntad, en todo momento para que esta pueda desechar por la fe, todo lo que su Luz nos revele.
Nuestra conciencia está influenciada por la labor de nuestra mente, nuestra voluntad, nuestras emociones y sentimientos. Solo cuando todo se origine en Espíritu del Dios Triuno, nuestra consciencia será pura. Esto solo es posible si toda nuestra vanagloria ha sido desechada de nuestro corazón mediante la fe y remplazada por la esencia del Espíritu del Dios Triuno.
NO PODEMOS SERVIR AL ESPÍRITU DEL DIOS TRIUNO CARA A CARA, SIN SER PUROS EN TODO NUESTRO CORAZÓN, Y EN TODO MOMENTO. SI NUESTRO CORAZÓN NO ES PURO, SERÍA QUEMAR FUEGO EXTRAÑO DELANTE DE ÉL, CON TODAS LAS CONSECUENCIAS.
LA VIDA DIVINA DEL DIOS TRIUNO EN MÍ
(Segundo testimonio de Armando Zanolla)
"Debido que estoy en el Espíritu de Cristo procesado y que el Espíritu de Cristo procesado, ESTÁ FORMADO en mí, hago parte permanente del Cuerpo Espiritual de Cristo procesado, que es Su gloriosa Iglesia, la Nueva Jerusalén, la Novia del Cordero, la Esposa del Cordero, hago parte de los Vencedores que entregaran el Reino perdido de Dios, al Espíritu del Triuno Dios. En mí, habita corporalmente, toda la Plenitud del Huiós Unigénito y Primogénito de Dios, que es el Espíritu del Dios Triuno. Soy un Glorioso Huiós de Dios, elegido por Él, antes de la fundación del mundo, y en el tiempo, ya apartado por Dios, desde el vientre de mi madre para poder un día contener, toda la esencia del Espíritu del Dios Triuno, según Su voluntad. La Vida del Espíritu de Cristo procesado, fluye en mí, en cada instante de mi vida, y al mismo tiempo de mí, ha salido y salen, todos mis conceptos, y mi vanidad de todo lo que representa al hombre natural, dejando campo libre a la Vida Glorificada de Cristo avanzar en mi corazón. He sido crucificado sepultado, resucitado y ascendido en el cielo juntamente con el Espíritu de Cristo procesado, en los lugares celestiales. Soy un Huiós del Espíritu de Dios, parte permanente de su familia, con todos los derechos a una herencia incorruptible reservada por el Espíritu del Dios Triuno, en los cielos, y en la tierra, para el Nuevo Hombre.
Ahora confío plenamente de ver terminada la obra que el Espíritu del Dios Triuno comenzó en mí, que es de ser trasformado a la imagen y semejanza del Espíritu del Dios Triuno, de la misma forma que Él me conoció antes de la fundación del mundo. Como Huiós, podre completar el Cuerpo del Espíritu dje Cristo procesado, para sojuzgar Su Reino, y ejerced dominio sobre la tierra, juntamente con el Espíritu de del Dios Triuno.
Que el Espíritu del Señor haga abundar su Verdad, su Vida, y su Espíritu, en esta carta, mediante Su sobre abundante poder, a todos los que la lean, para que la fe abunde, y se multiplique y que todos puedan participar plenamente en los planes que el Espíritu de Dios Triuno, tiene para cada uno de nosotros".
¿QUE TE PARECE Y QUE VAS A HACER AL RESPECTO?
Armando Zanolla
Revisado el 24 de noviembre del 2013
Revisado el 03 de febrero del 2014
Revisado el 16 de febrero del 2014
Revisado el 31 de marzo del 2014
Revisión: Berlín el 20 de octubre del 2014