viernes, 17 de octubre de 2014

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN


YAHWEH IS SENDING 

YEHOSHUA AGAIN.

He will establish the Kingdom

 of God in this world.

ARE YOU READY???

'UNA CARTA ABIERTA'


IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN


                         LA OBRA DEL ESPÍRITU EN EL HOMBRE INTERIOR

Lecturas bíblicas

2 Co. 1:21-22; 1 Jn. 2:27; Ef. 1:11, 13-14; 2 Co. 3:18; Ro. 12:2; Ex. 30:23-25; Ex. 30:32-33; Ga. 2:20; Apocalipsis 14:3-5.

El resultado de la santificación es la trasformación de nuestra alma. Esto es como tener un programa antiguo y queremos sustituirlo con un programa más actual. No se puede copiarlo encima del viejo programa. Hay que primero formatear el disco y después copiar el nuevo programa. Formatear significa borrar todo lo que hay en el disco, dejándolo limpio.
Lo mismo pasa con la labor del Espíritu. Él no puede entrar en nuestro corazón, si antes no tenemos desechado por la fe, todo lo que representa el viejo hombre. Más desechemos, más el espíritu puede entrar. Pero hay algo maravilloso que el Espíritu hace, para que tengamos confianza y esperanza durante nuestra santificación. Como primera acción, el Espíritu del Dios Triuno, ocupa nuestro espíritu, depositando en nuestros corazones tres realidades de Él. En segunda de Corintios 1:21-22 dice:

21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

En 1 Juan 2:27 dice:

27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Y en Efesio 1:11,13-14 dice:

11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,
3 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.

Hay tres realidades que se hacen realidad en nuestro corazón, en el momento de ser insertados en el Espíritu de Cristo Glorificado. La UNCIÓN del Espíritu, el SELLO del Espíritu, y las ARRAS  del Espíritu.

LA UNCIÓN, está relacionada con el Espíritu de Dios Padre.
EL SELLO, está relacionada con el Espíritu del Hijo Glorificado.
LAS ARRAS, están relacionadas con el Espíritu Vivificante.

El Espíritu del Padre por medio de la Unción del Espíritu, nos ilumina de todo lo que Él tuve planeando.


El Espíritu de Cristo Glorificado, por medio del Sello del Espíritu, nos ilumina de todo lo que Cristo ha llevado a cabo.

El Espíritu que proviene del Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo, mediante las Arras, nos hace real, todos los beneficios de estar en Cristo.

Cuando creemos en la obra de Cristo, en nuestro espíritu recibimos estas tres realidades.
Esta realidad que recibimos, es una porción del Espíritu del Dios Triuno en nuestro espíritu, proveyéndonos de la Unción del Espíritu del Padre, del Sello del Espíritu del Hijo y las Arras del Espíritu, llenando todo nuestro ser, en el momento de tenerlo formado en nuestros corazones.
Estos conocimientos de realidad, son el poder del creyente, mediante la fe en ellos, para poder ser más que victoriosos en nuestra santificación.
Más el Espíritu del Padre, y el Espíritu de Cristo glorificado, penetran en nuestro corazón, pero medio del Espíritu Vivificante, más fuerte espiritualmente seremos.
Nuestra fortaleza espiritual es directamente proporcional a cuanto el Espíritu tiene ocupado nuestro corazón.
Más que desechamos lo que representa el viejo hombre y lo que representa el mundo, más el Espíritu podrá penetrar en nuestro corazón.
El desechar, es directamente proporcional a la penetración del Espíritu en nuestro corazón.
Así poco a poco seremos trasformado, en todo nuestro ser, adquiriendo más fortaleza espiritual, para hacer frente al pecado y producir el fruto del Espíritu. En 2 Co. 3:18 dice:

18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.

Y en Ro. 12:2 dice:

2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

Si cuando, por medio de las circunstancias de nuestra vida, el Espíritu nos ilumina y nos da a conocer lo que tenemos que desechar mediante la fe, mostrándonos delante de Él como realmente somos, y lo hacemos, entonces el Espíritu, podrá progresar en nuestros corazones.
Pero, si en la circunstancia de nuestra vida, nos cubrimos la cara delante del Señor, y no hacemos nada al respecto, esto hará imposible al Espíritu de progresar en nuestros corazones. Perderemos la comunión, y la presencia del Señor.
Cuando nos ponemos un maquillaje especial, para presentarnos guapo delante del mundo, y delante el Señor, solo aparentaremos guapos por el mundo, pero el espejo del Señor, no nos reconocerá y no será posible ninguna trasformación espiritual de nuestro corazón.
El elemento que trasforma nuestro corazón, es el Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo por obra del Espíritu Vivificante, no es nuestro maquillaje, y ciertamente no puede ser las máscaras que queremos llevar en nuestras caras, para aparentar lo que no somos. Lo que nosotros podemos hacer, con la fuerza de nuestra voluntad, de nada sirve para ser trasformados, son solo apariencias, las cuales no pueden promover ningún progreso espiritual.
Podemos ponernos unas camisas blancas y unas bonitas corbatas, podemos ir limpísimos y con un extraordinario perfume, podemos vestirnos a la última moda y tener en nuestro poder el I-Phone más caro. Podemos tener peinados ostentosos. Podemos ser alegres y muy bien educados, podemos aparentar ser humilde y misericordiosos, podemos hacer muchas cosas con el poder de nuestra voluntad.
De nada servirá por nuestro progreso espiritual. El mundo ciertamente nos aplaudirá, pero el Espíritu no podrá perfeccionarnos, porque no nos va a reconocer.
El ve en nosotros toda nuestra vanagloria, y si nosotros no lo admitimos, y no la confesamos que la tenemos, y no la vemos clavada en la cruz, por la fe en la obra de Cristo, no podremos jamás desecharla. Él Espíritu Vivificante, en estas condiciones, no podrá avanzar en nuestro corazón, ni un milímetro más.
En romanos 12:2 dice que no tenemos que conformarnos con este siglo. Si nos adaptamos a este mundo y nos complacemos con él, en nuestra manera de vivir, ciertamente no podremos ser renovados en nuestra mente. El mundo es muy complaciente con nosotros, y nos dice:

“¡Porque no! ¡Es normal, todo lo hacen! ¡Todo está bien! ¡Adelante!”

El mundo dice:

“Nuestra vida es solo el paso de una sombra…vengan, pues, gocemos de los bienes presentes, aprovechémonos de todo…..”

Pero el Espíritu ve en estos pensamientos un “VIRUS MORTAL”, que contamina todo nuestro nuevo “programa” y no puede avanzar en su obra, para “formatear nuestro disco”.
No olvidemos hermanos y hermanas, que el príncipe de este mundo, es el mismo espíritu de Satanás. Complacer al mundo, es complacer al espíritu de Satanás y ciertamente por este camino no podremos progresar. Si nos amoldamos a este siglo seguiremos siendo cristianos carnales por toda nuestra vida, y solo entraremos en el Reino de los Cielos, solo como por el fuego, sin poder ser de gran utilidad para el Señor, debido que la mayoría de nuestro corazón, está llena del espíritu maligno, que no queremos desechar. No somos ni calientes ni frios…
Viviremos en esta tierra como una computadora que tiene muchos virus, no marchará bien, siempre tendrá tropiezos, irá lenta, y muchas veces se atascará, hasta a pararse, para ser totalmente inservible.
Ciertamente hemos sido renovados en el espíritu, pero la Unción, el Sello y las Arras, del Espíritu, quieren expandirse, y ocupar todo nuestro corazón. El Espíritu del Dios Triuno quiere llenar todo nuestro ser, no solo el espíritu, o una parte de nuestro corazón. Él hizo el hombre para que este pudiera contener una porción de Su Espíritu, para que un día Su Iglesia pudiera contener completamente al Espíritu del Dios Triuno. Sin esta realidad en nosotros, no seremos aptos para hacer parte de su cuerpo, ni podremos servirlo cara a cara. El solo puede fiarse con los que tienen formado al Espíritu del Dios Triuno en todo su ser. Él ya pasó con la experiencia de los ángeles que se rebelaron, y no está dispuesto a correr el mismo riesgo, con él hombre.
Para profundizar la información que intentamos aportar, esta tiene, no solo que llagar a nuestra mente.
La mente en realidad, tendría que ser unos de los últimos  escalones donde tendría que llegar.
Yo diría que el primero eslabón, tendría que ser el de la intuición de nuestro espíritu.
El Espíritu Vivificante se conecta primeramente, cuando está en comunión, con la intuición del hijo de Dios que se encontra en su espíritu. La intuición percibe la iluminación del Espíritu y lo pasa, al juicio de nuestra consciencia, que también es parte de nuestro espíritu.
Nuestra consciencia, siempre tiene un amo.
Cuando estamos bajo la ley del mundo, nuestra consciencia sigue la ley del conocimiento del bien y del mal.
Cuando estamos formados bajo la Ley del Espíritu, nuestra consciencia sigue la Ley del Espíritu de Vida, que consiste en seguir la Voluntad del Espíritu.
El Espíritu, hace lo que es justo hacer, y no lo que está bien o mal del punto de vista del mundo.
Esta diferencia parece tal vez un tanto trivial desde la perspectiva del mundo, pero es sumamente vital, para el Espíritu de Vida. Depende del grado evolutivo individual del Espíritu en cada corazón, que la consciencia, sigue estas leyes en mayor o menor grado.
Más el Espíritu avanza en nuestro corazón, y más la voluntad del hombre se inclina a hacer la Voluntad del Espíritu y más el individuo podrá disfrutar de la comunión y la presencia con Su Creador.
La ley del bien y del mal al fin llega a ser, un mal recuerdo, una repulsión terrorífica, una repugnancia, un verdadero asco, por todos los Huiós del Espíritu de Dios.
Es de esta manera que el Espíritu del Padre, nos da a conocer, no solo todo lo que Él tiene planeado por nosotros, más también lo que tiene planeado por toda la creación.
Es de esta manera que el Espíritu del Hijo, nos da a conocer todo lo que Él ha hecho posible realizar por nosotros y por toda la creación.
Y es de esta manera que el Espíritu Vivificante, hace realidad en nuestro corazón, los beneficios de la obra del Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo. Esta realidad es el Espíritu del Dios Triuno, contenido en nuestros corazones, para que Le podamos dejar expresarse, por medio de nuestros seres, y poder así vivirlo  y disfrutarlo en nuestra vida.
Toda esta actividad espiritual consiste en la Unción del Espíritu del Padre, el Sello del Espíritu del Hijo y las Arras del Espíritu.

La unción del Espíritu está descrita simbólicamente en el Antiguo Testamento, en Ex. 30:23-25 que dice:

23 Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta,
 24 de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin.
 25 Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa.

El aceite de la unción era para untar la Morada del Señor y para consagrar a los sacerdotes que servían en el lugar Santísimo. No se podía usarlo en ninguna persona que no fuera un sacerdote. La pena era cortarlo del resto de la comunidad. Tampoco se podía hacer un aceite parecido. Como dicen los versículos 32 y 33 en éxodo 30:

32 Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por santo lo tendréis vosotros.
 33 Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.

Esto significa que no podemos imitar a los Santos Sacerdotes, que son hoy, los Gloriosos Huiós de Dios, copiando lo que hacen, mediante una apariencia santa. Esto es abominación para el Señor. Pero la realidad actual, es que millones y millones de personas lo hacen a diario. El resultado de todo esto será su condenación en la eternidad.

La Morada del Señor, en la dispensación de la Gracia es primeramente nuestro nuevo corazón, que se expresa en un cuerpo corporativo en el Nuevo Hombre. La Iglesia, la Nueva Jerusalén, la Novia del Cordero, los Vencedores.

Para recibir el Espíritu del Dios Triuno en nuestro corazón, este, tiene que ser primeramente ungido. La unción es como la iluminación, es darnos a conocer lo que el Espíritu del Padre tiene planeado para nosotros, para que  primeramente lo conozcamos en nuestra intuición en comunión con el Espíritu. Esta unción o iluminación puede alcanzar nuestra consciencia, para que esta pueda discernir todas las cosas según la Ley del Espíritu, que es la Voluntad del Espíritu del Padre. La consciencia se encarga en trasmitirlo a nuestra mente, y más exactamente a nuestra voluntad, para que esta, se incline a hacer todo lo que el Padre le enseñe.
La unción tiene así una importancia fundamental, no hace conocer el camino a seguir.
Mientras que el ungüento tiene su origen en el Espíritu del Padre, la acción de ungir, es producida de manera continua y perenne, por el Espíritu Vivificante.

En Ex. 30:23-25 se narra de cómo es combinado el ungüento que se usaba para untar la Morada del Señor y los sumos sacerdotes.  Este ungüento, es un ungüento compuesto, formado por cuatro especias, que tipifican toda la obra del Hijo que fue llevar a cabo, todo lo que el Espíritu del Padre planeo hacer, en la creación:

MIRRA, CANELA, CÁLAMO Y CASIA.

Estas sustancias, eran añadidas a un “HIN” de Aceite de Oliva.

1.      La MIRRA es una especia dulce, que se usaba en los funerales. Representa la muerte de Cristo.

2.      La CANELA tiene propiedades curativas; representa la eficacia de la muerte de Cristo.

3.      El CÁLAMO es una caña que crece a gran altura, en lugares pantanosos; así que, simboliza la resurrección del Señor.

4.      La CASIA, es un repelente por los insectos y principalmente las serpientes; por eso, en una figura del poder de la resurrección y Glorificación de Cristo.

5.      El HIN de Aceite de Oliva. Era la base del ungüento, este representa al Espíritu de Dios Padre como el arquitecto que planeó todo.

(Bibliografía externa ‘on line’ sobre el aceite de la unción:  http://disfrutandolapalabra.blogspot.de/2013/02/el-aceite-de-la-santa-uncion-el.html)

Las cuatro especies representan la obra en la creación de la humanidad de Cristo.
Mientras todo esto se originó en el Espíritu del Padre, fue el Espíritu del Hijo encarnado que lo hizo posible y el Espíritu Vivificante que lo hizo nuestra realidad.

Los efectos de la labor de Cristo, es el SELLO del Espíritu, que ahora tenemos a nuestra disposición, para creer mediante la fe, que lo que el Espíritu del Padre planeó, fue efectivamente llevado a cabo por el Espíritu del Hijo y que toda Su obra, es ahora la nuestra más vivida realidad.
Este SELLO, debido a la obra de Cristo, ha hecho posible de haber sido comprados por el Espíritu del Padre.
Este SELLO, es ahora nuestro más precioso estandarte. Cuando tenemos que desechar, lo que la acción del ungüento, no hace ver que tenemos que desechar. Este estandarte es lo que levantamos delante a las huestes y potestades enemigas, para que huían de delante de nosotros, para dar paso al Espíritu del Dios Triuno a avanzar en nuestro corazón.

Hermanos y hermanas, damos gracias al Espíritu, para que siga ungiéndonos siempre y en cada momento, para que en cada momento de nuestra vida podemos ver como el Espíritu del Dios Triuno es más que vencedor en conquistar los territorios de nuestro corazón.
Él quiere trasformar nuestra mente, nuestra voluntad, nuestra consciencia, nuestros deseos y emociones, con el fin de que todo nuestro cuerpo, pueda someterse en una unidad a la voluntad del Espíritu del Padre.
Él quiere ser uno juntamente con nosotros, debido, que solo nosotros podemos contenerlo y por esto hemos sido creados.
Él quiere seguir su labor, hasta que el Espíritu del Dios Triuno, estará formado en nosotros corazones.
Él quiere que lleguemos a ser una unidad, juntamente con el Espíritu del Padre, el Espíritu del Hijo y el Espíritu del Dios Triuno. En el evangelio de Juan en 14:20 dice:

20 En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.

Y siempre en Juan 17:11 dice:

11 Y ya no estoy en el mundo; más éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.

Estos versículos proclaman y nos confirman, que de toda la creación, solo el hombre, fue creado con el propósito de poder contener corporativamente, al mismo Espíritu de Dios Triuno, formando además, una unidad espiritual, corporal y corporativa, con El.

Aleluya, Aleluya y Aleluya, sea al Espíritu del Dios Triuno, por la Divina Gracia Sublime, depositada en el corazón del hombre.

Hermanos y hermanas, levantemos bien alto el SELLO del Espíritu. Es un estandarte precioso, símbolo de las victorias de Cristo sobre el mundo y sobre los principados y las potestades enemigas, las cuales solo viéndolo, tienen una sola opción, la de huir y dejar despejado el terreno que pertenece al Espíritu. El Espíritu del Padre nos compró, mediante la preciosa sangre que Cristo derramó, para que el hombre sea ahora Su propiedad.
Cuando el progresa en un terreno aún virgen de nuestro corazón, lo empreña de Su esencia, que consiste principalmente en Su Amor, para que podamos ser cada día, más santificados y ser separados de las cosas mundanas, del mundo y de Satanás, y pertenecer en nuestra experiencia, completamente a Él.

El propósito central del Espíritu del Dios Triuno, para el hombre, es poder contener una porción de Su Espíritu, hasta que podamos ser uno corporativamente juntamente con Él, mediante el Nuevo Hombre, la Iglesia, la Esposa del Cordero, la Nueva Jerusalén, los Vencedores. Esto proceso solo puede llevarse a cabo mediante la fe, en lo que significa la Unción, el Sello y las Arras.

En 2 Co. 1:22 dice:

22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.

Las ARRAS figurativamente, son el nuevo programa que el Espíritu ha hecho funcionar en nuestro espíritu. Antes de la cruz, nuestro espíritu funcionaba con el sistema operativo del mundo, ahora, después de la cruz, nuestro espíritu funciona con el sistema operativo del Espíritu del Dios Triuno y esto denota Su autoridad y posesión de todo nuestro ser.         
Las ARRAS garantizan que todo lo que ha hecho Cristo será llevado a cabo en nosotros mediante Su nuevo sistema operativo. No solo en nosotros, más también en toda la creación, mediante el Nuevo Hombre que es el Espíritu de Cristo procesado obrando de manera corporativa.
En un recién convertido las ARRAS están depositadas en el espíritu del hombre y desde allí, el nuevo Hijo de Dios, tiene que aprender como poden influir en todo su ser, para que el nuevo sistema operativo, pueda tener acceso a todas las parte de su cuerpo.

Hay personas que piensas que el Espíritu de Dios se mezcla con el corazón del hombre, dando entender, que el sistema operativo del mundo, se mezcla con el sistema operativo del Espíritu.
Hay que pensar que el corazón es un disquete. Si el disquete es formateado, ya no tiene en si nada, de lo que era antes. Si en este disquete formateado le ponemos otro programa, el disquete hará todo lo que el nuevo programa le dirá de hacer.

Así es nuestro corazón, el Espíritu de Cristo procesado, hizo posible formatear todos los disquetes que el Padre le dio. Él Espíritu pone un nuevo programa en todos ellos, para que corporativamente sea uno y que pueda representar efectivamente al Espíritu del Hijo. No hay ninguna mezcla con el antiguo programa, todo ha sido hecho nuevo.

Podemos entender lo de la mezcla, debido que el órgano del corazón es lo mismo, como el disquete es el mismo físicamente,  que pero ahora, ya no anda como antes. Antes funcionaba con el programa del mundo, ahora funciona con el programa del Espíritu. Quiero dejar claro, que no hay ninguna mezcla de programas. El disquete físico es lo mismo, pero esto no es lo importante, lo importante es el nuevo sistema operativo que está instalado en él.

Hermanos y hermanas, quiero que sepáis, que sin una verdadera comunión, no puede haber una progresión espiritual, ni una progresión en la Unción, ni en el Sello ni en las Arras. No puede uno llegar a graduarse, no puede uno llegar a la Huiothesia, no puede uno llegar hacer parte de los Vencedores, ni de la Esposa del Cordero, ni de la Iglesia  ni de la Nueva Jerusalén. Sin una comunión constante, con el Espíritu del Dios Triuno, no puede haber ningún avance espiritual. La más mínima cosa que hagamos en contra la voluntad del Espíritu, interrumpe la comunión y automáticamente todo deja de progresar. Legaremos talvez al Reino de los Cielos, pero solo como por el fuego esta puede que sea una graduación, pero no es la graduación del propósito del porque fuimos creados.

Hablo a los jóvenes, la los que dejan en el suelo los calcetines, y los platos en el sitio donde han comido y que no hacen caso a sus padres.
Hablo a los adultos donde quieren ser preeminentes en todo lo que hacen, en el trabajo y en casa.
Hablo a los ancianos, que se aprovechan de su edad y autoridad, para ser déspotas despiadados.

Todas estas actitudes, son originadas por la vanagloria, la vanidad o el orgullo, que son todos sinónimos de un mismo origen, el sistema del mundo; el sistema de Satanás.
Esto es exactamente lo que constantemente pone en evidencia la Unción, el Sello y las Arras del Espíritu en nuestro obrar. Solo se puede ser victorioso sobre todas estas cosas, mediante la fe, en la Unción, en el Sello y las Arras del Espíritu.

Hermanos y hermanas, si somos sumisos a la Unción, si creamos en el Sello del Espíritu, y si dejamos a las Arras de Espíritu obrar en todo nuestro corazón, nos encontraremos siempre, no solo en comunión con el Señor, más también bajo Su Divina presencia.
Otras herramientas válidas para simular nuestra mente, nuestra consciencia, nuestra voluntad, nuestras emociones, son la lectura de la palabra y la oración. Por medio de estos canales, el Espíritu puede seguir ungiéndonos, iluminándonos, para que nuestra mente y nuestra voluntad perciban la urgencia de desechar todo lo que necesitamos desechar, todo lo que necesitamos cambiar por medio de la fe de una obra, que ya ha sido llevada a cabo por Cristo.
Tenemos con diligencia, aprovechar en toda circunstancia, para desechar nuestra vanagloria y lo que nos proporciona el mundo, para que el Espíritu pueda progresar en todos los días de nuestra vida terrenal.
Tenemos que perseverar en la lectura, y meditar sobre ella, para que el Espíritu nos pueda iluminar cada día más.
Tenemos que perseverar en la oración para nosotros, y a favor primeramente, de nuestros hermanos y hermanas en sus necesidades, para hacer todo el posible de tener el Espíritu de Cristo procesado expresándose en nuestros cuerpos. En Ga. 2:20 se dice:

…..y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí;

Hermanos y hermanas, perseverando en todas estas provisiones, que el Espíritu puso a nuestra disposición, ciertamente podremos experimentar un progreso genuino en nuestro corazón, y podremos llegar pronto, a ser los Gloriosos Huiós de Dios, los creyentes Victoriosos, que serán un día, los que harán parte del Cuerpo Glorificado de Cristo, después del arrebatamiento de los dos testigos, antes del toque de la séptima trompeta. Todo ellos, son los que se mencionan en apocalipsis 14:3-5 que dice:

3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
 4 Éstos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Éstos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
 5 y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.

¡Todos ellos llegaron a tener el Espíritu del Dios Triuno formado en sus corazones!

¡Todos ellos  son los Vencedores de Sion!

¿QUÉ TE PARECE, Y QUE VAS HACER AL RESPECTO?

Armando Zanolla

Berlín el 18 de octubre del 2014
Revisión el 05 de noviembre del 2014