YEHOSHUA AGAIN.
He will establish the Kingdom
of God in this world.
ARE YOU READY???
'UNA CARTA ABIERTA'
IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN
LA OBRA DEL ESPÍRITU EN EL HOMBRE INTERIOR
Lecturas bíblicas
2 Co. 1:21-22; 1 Jn. 2:27; Ef. 1:11, 13-14; 2 Co. 3:18; Ro. 12:2; Ex.
30:23-25; Ex. 30:32-33; Ga. 2:20; Apocalipsis 14:3-5.
El resultado de la santificación es la trasformación de nuestra alma.
Esto es como tener un programa antiguo y queremos sustituirlo con un programa
más actual. No se puede copiarlo encima del viejo programa. Hay que primero
formatear el disco y después copiar el nuevo programa. Formatear significa
borrar todo lo que hay en el disco, dejándolo limpio.
Lo mismo pasa con la labor del Espíritu. Él no puede entrar en nuestro
corazón, si antes no tenemos desechado por la fe, todo lo que representa el
viejo hombre. Más desechemos, más el espíritu puede entrar. Pero hay algo
maravilloso que el Espíritu hace, para que tengamos confianza y esperanza
durante nuestra santificación. Como primera acción, el Espíritu del Dios
Triuno, ocupa nuestro espíritu, depositando en nuestros corazones tres
realidades de Él. En segunda de Corintios 1:21-22 dice:
21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo,
y el que nos ungió, es Dios,
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado
las arras del Espíritu en nuestros corazones.
En 1 Juan 2:27 dice:
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como
la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira,
según ella os ha enseñado, permaneced en él.
Y en Efesio 1:11,13-14 dice:
11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el
designio de su voluntad,
3 En él también vosotros, habiendo oído la
palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él,
fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
14 que es las arras de nuestra herencia
hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Hay tres
realidades que se hacen realidad en nuestro corazón, en el momento de ser
insertados en el Espíritu de Cristo Glorificado. La UNCIÓN del Espíritu, el
SELLO del Espíritu, y las ARRAS del Espíritu.
LA UNCIÓN, está
relacionada con el Espíritu de Dios Padre.
EL SELLO, está
relacionada con el Espíritu del Hijo Glorificado.
LAS ARRAS, están
relacionadas con el Espíritu Vivificante.
El Espíritu del
Padre por medio de la Unción del Espíritu, nos ilumina de todo lo que Él tuve
planeando.
El Espíritu de
Cristo Glorificado, por medio del Sello del Espíritu, nos ilumina de todo lo
que Cristo ha llevado a cabo.
El Espíritu que
proviene del Espíritu del Padre y el Espíritu del Hijo, mediante las Arras, nos
hace real, todos los beneficios de estar en Cristo.
Cuando creemos
en la obra de Cristo, en nuestro espíritu recibimos estas tres realidades.
Esta realidad
que recibimos, es una porción del Espíritu del Dios Triuno en nuestro espíritu,
proveyéndonos de la Unción del Espíritu del Padre, del Sello del Espíritu del
Hijo y las Arras del Espíritu, llenando todo nuestro ser, en el momento de
tenerlo formado en nuestros corazones.
Estos conocimientos
de realidad, son el poder del creyente, mediante la fe en ellos, para poder ser
más que victoriosos en nuestra santificación.
Más el Espíritu
del Padre, y el Espíritu de Cristo glorificado, penetran en nuestro corazón, pero
medio del Espíritu Vivificante, más fuerte espiritualmente seremos.
Nuestra
fortaleza espiritual es directamente proporcional a cuanto el Espíritu tiene
ocupado nuestro corazón.
Más que
desechamos lo que representa el viejo hombre y lo que representa el mundo, más
el Espíritu podrá penetrar en nuestro corazón.
El desechar, es
directamente proporcional a la penetración del Espíritu en nuestro corazón.
Así poco a poco
seremos trasformado, en todo nuestro ser, adquiriendo más fortaleza espiritual,
para hacer frente al pecado y producir el fruto del Espíritu. En 2 Co. 3:18 dice:
18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
Y en Ro. 12:2 dice:
2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Si cuando, por medio de las circunstancias de nuestra vida, el
Espíritu nos ilumina y nos da a conocer lo que tenemos que desechar mediante la
fe, mostrándonos delante de Él como realmente somos, y lo hacemos, entonces el
Espíritu, podrá progresar en nuestros corazones.
Pero, si en la circunstancia de nuestra vida, nos cubrimos la cara
delante del Señor, y no hacemos nada al respecto, esto hará imposible al
Espíritu de progresar en nuestros corazones. Perderemos la comunión, y la
presencia del Señor.
Cuando nos ponemos un maquillaje especial, para presentarnos guapo
delante del mundo, y delante el Señor, solo aparentaremos guapos por el mundo,
pero el espejo del Señor, no nos reconocerá y no será posible ninguna
trasformación espiritual de nuestro corazón.
El elemento que trasforma nuestro corazón, es el Espíritu del Padre y
el Espíritu del Hijo por obra del Espíritu Vivificante, no es nuestro
maquillaje, y ciertamente no puede ser las máscaras que queremos llevar en
nuestras caras, para aparentar lo que no somos. Lo que nosotros podemos hacer,
con la fuerza de nuestra voluntad, de nada sirve para ser trasformados, son
solo apariencias, las cuales no pueden promover ningún progreso espiritual.
Podemos ponernos unas camisas blancas y unas bonitas corbatas, podemos
ir limpísimos y con un extraordinario perfume, podemos vestirnos a la última
moda y tener en nuestro poder el I-Phone más caro. Podemos tener peinados
ostentosos. Podemos ser alegres y muy bien educados, podemos aparentar ser
humilde y misericordiosos, podemos hacer muchas cosas con el poder de nuestra
voluntad.
De nada servirá por nuestro progreso espiritual. El mundo ciertamente
nos aplaudirá, pero el Espíritu no podrá perfeccionarnos, porque no nos va a
reconocer.
El ve en nosotros toda nuestra vanagloria, y si nosotros no lo
admitimos, y no la confesamos que la tenemos, y no la vemos clavada en la cruz,
por la fe en la obra de Cristo, no podremos jamás desecharla. Él Espíritu
Vivificante, en estas condiciones, no podrá avanzar en nuestro corazón, ni un
milímetro más.
En romanos 12:2 dice que no tenemos que conformarnos con este siglo.
Si nos adaptamos a este mundo y nos complacemos con él, en nuestra manera de
vivir, ciertamente no podremos ser renovados en nuestra mente. El mundo es muy
complaciente con nosotros, y nos dice:
“¡Porque no! ¡Es normal, todo lo hacen! ¡Todo está bien! ¡Adelante!”
El mundo dice:
“Nuestra vida es solo el paso de una sombra…vengan, pues, gocemos de
los bienes presentes, aprovechémonos de todo…..”
Pero el Espíritu ve en estos pensamientos un “VIRUS MORTAL”, que
contamina todo nuestro nuevo “programa” y no puede avanzar en su obra, para “formatear
nuestro disco”.
No olvidemos hermanos y hermanas, que el príncipe de este mundo, es el
mismo espíritu de Satanás. Complacer al mundo, es complacer al espíritu de
Satanás y ciertamente por este camino no podremos progresar. Si nos amoldamos a
este siglo seguiremos siendo cristianos carnales por toda nuestra vida, y solo
entraremos en el Reino de los Cielos, solo como por el fuego, sin poder ser de
gran utilidad para el Señor, debido que la mayoría de nuestro corazón, está
llena del espíritu maligno, que no queremos desechar. No somos ni calientes ni
frios…
Viviremos en esta tierra como una computadora que tiene muchos virus,
no marchará bien, siempre tendrá tropiezos, irá lenta, y muchas veces se
atascará, hasta a pararse, para ser totalmente inservible.
Ciertamente hemos sido renovados en el espíritu, pero la Unción, el
Sello y las Arras, del Espíritu, quieren expandirse, y ocupar todo nuestro
corazón. El Espíritu del Dios Triuno quiere llenar todo nuestro ser, no solo el
espíritu, o una parte de nuestro corazón. Él hizo el hombre para que este
pudiera contener una porción de Su Espíritu, para que un día Su Iglesia pudiera
contener completamente al Espíritu del Dios Triuno. Sin esta realidad en
nosotros, no seremos aptos para hacer parte de su cuerpo, ni podremos servirlo
cara a cara. El solo puede fiarse con los que tienen formado al Espíritu del
Dios Triuno en todo su ser. Él ya pasó con la experiencia de los ángeles que se
rebelaron, y no está dispuesto a correr el mismo riesgo, con él hombre.
Para profundizar la información que intentamos aportar, esta tiene, no
solo que llagar a nuestra mente.
La mente en realidad, tendría que ser unos de los
últimos escalones donde tendría que llegar.
Yo diría que el primero eslabón, tendría que ser el de la intuición de
nuestro espíritu.
El Espíritu Vivificante se conecta primeramente, cuando está en
comunión, con la intuición del hijo de Dios que se encontra en su espíritu. La
intuición percibe la iluminación del Espíritu y lo pasa, al juicio de nuestra
consciencia, que también es parte de nuestro espíritu.
Nuestra consciencia, siempre tiene un amo.
Cuando estamos bajo la ley del mundo, nuestra consciencia sigue la ley
del conocimiento del bien y del mal.
Cuando estamos formados bajo la Ley del Espíritu, nuestra consciencia
sigue la Ley del Espíritu de Vida, que consiste en seguir la Voluntad del
Espíritu.
El Espíritu, hace lo que es justo hacer, y no lo que está bien o mal
del punto de vista del mundo.
Esta diferencia parece tal vez un tanto trivial desde la perspectiva
del mundo, pero es sumamente vital, para el Espíritu de Vida. Depende del grado
evolutivo individual del Espíritu en cada corazón, que la consciencia, sigue
estas leyes en mayor o menor grado.
Más el Espíritu avanza en nuestro corazón, y más la voluntad del
hombre se inclina a hacer la Voluntad del Espíritu y más el individuo podrá
disfrutar de la comunión y la presencia con Su Creador.
La ley del bien y del mal al fin llega a ser, un mal recuerdo, una
repulsión terrorífica, una repugnancia, un verdadero asco, por
todos los Huiós del Espíritu de Dios.
Es de esta manera que el Espíritu del Padre, nos da a conocer, no solo
todo lo que Él tiene planeado por nosotros, más también lo que tiene planeado
por toda la creación.
Es de esta manera que el Espíritu del Hijo, nos da a conocer todo lo
que Él ha hecho posible realizar por nosotros y por toda la creación.
Y es de esta manera que el Espíritu Vivificante, hace realidad en
nuestro corazón, los beneficios de la obra del Espíritu del Padre y el Espíritu
del Hijo. Esta realidad es el Espíritu del Dios Triuno, contenido en nuestros
corazones, para que Le podamos dejar expresarse, por medio de nuestros seres, y
poder así vivirlo y disfrutarlo en nuestra vida.
Toda esta actividad espiritual consiste en la Unción del Espíritu del
Padre, el Sello del Espíritu del Hijo y las Arras del Espíritu.
La unción del Espíritu está descrita simbólicamente en el Antiguo
Testamento, en Ex. 30:23-25 que dice:
23 Tomarás especias finas: de mirra excelente
quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos
cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta,
24 de casia quinientos, según el siclo del
santuario, y de aceite de olivas un hin.
25 Y harás de ello el aceite de la santa
unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la
unción santa.
El aceite de la unción era para untar la Morada del Señor y para
consagrar a los sacerdotes que servían en el lugar Santísimo. No se podía usarlo
en ninguna persona que no fuera un sacerdote. La pena era cortarlo del resto de
la comunidad. Tampoco se podía hacer un aceite parecido. Como dicen los
versículos 32 y 33 en éxodo 30:
32 Sobre carne de hombre no será
derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición; santo es, y por
santo lo tendréis vosotros.
33 Cualquiera que compusiere ungüento
semejante, y que pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo.
Esto significa que no podemos imitar a los Santos Sacerdotes, que son hoy,
los Gloriosos Huiós de Dios, copiando lo que hacen, mediante una apariencia
santa. Esto es abominación para el Señor. Pero la realidad actual, es que
millones y millones de personas lo hacen a diario. El resultado de todo esto
será su condenación en la eternidad.
La Morada del Señor, en la dispensación de la Gracia es primeramente
nuestro nuevo corazón, que se expresa en un cuerpo corporativo en el Nuevo Hombre.
La Iglesia, la Nueva Jerusalén, la Novia del Cordero, los Vencedores.
Para recibir el Espíritu del Dios Triuno en nuestro corazón, este,
tiene que ser primeramente ungido. La unción es como la iluminación, es darnos
a conocer lo que el Espíritu del Padre tiene planeado para nosotros, para
que primeramente lo conozcamos en nuestra intuición en comunión con
el Espíritu. Esta unción o iluminación puede alcanzar nuestra consciencia, para
que esta pueda discernir todas las cosas según la Ley del Espíritu, que es la
Voluntad del Espíritu del Padre. La consciencia se encarga en trasmitirlo a nuestra
mente, y más exactamente a nuestra voluntad, para que esta, se incline a hacer
todo lo que el Padre le enseñe.
La unción tiene así una importancia fundamental, no hace conocer el
camino a seguir.
Mientras que el ungüento tiene su origen en el Espíritu del Padre, la
acción de ungir, es producida de manera continua y perenne, por el Espíritu
Vivificante.
En Ex. 30:23-25 se narra de cómo es combinado el ungüento que se usaba
para untar la Morada del Señor y los sumos sacerdotes. Este
ungüento, es un ungüento compuesto, formado por cuatro especias, que tipifican
toda la obra del Hijo que fue llevar a cabo, todo lo que el Espíritu del Padre
planeo hacer, en la creación:
MIRRA, CANELA, CÁLAMO Y CASIA.
Estas sustancias, eran añadidas a un “HIN” de Aceite de Oliva.
1. La MIRRA es una especia dulce, que se
usaba en los funerales. Representa la muerte de Cristo.
2. La CANELA tiene propiedades
curativas; representa la eficacia de la muerte de Cristo.
3. El CÁLAMO es una caña que crece a
gran altura, en lugares pantanosos; así que, simboliza la resurrección del
Señor.
4. La CASIA, es un repelente por los insectos
y principalmente las serpientes; por eso, en una figura del poder de la
resurrección y Glorificación de Cristo.
5. El HIN de Aceite de
Oliva. Era la base del ungüento, este representa al Espíritu de Dios Padre como
el arquitecto que planeó todo.
(Bibliografía externa ‘on line’ sobre el aceite de la unción: http://disfrutandolapalabra.blogspot.de/2013/02/el-aceite-de-la-santa-uncion-el.html)
Las cuatro especies representan la obra en la creación de la humanidad
de Cristo.
Mientras todo esto se originó en el Espíritu del Padre, fue el
Espíritu del Hijo encarnado que lo hizo posible y el Espíritu Vivificante que
lo hizo nuestra realidad.
Los efectos de la labor de Cristo, es el SELLO del Espíritu, que ahora
tenemos a nuestra disposición, para creer mediante la fe, que lo que el
Espíritu del Padre planeó, fue efectivamente llevado a cabo por el Espíritu del
Hijo y que toda Su obra, es ahora la nuestra más vivida realidad.
Este SELLO, debido a la obra de Cristo, ha hecho posible de haber sido
comprados por el Espíritu del Padre.
Este SELLO, es ahora nuestro más precioso estandarte. Cuando tenemos
que desechar, lo que la acción del ungüento, no hace ver que tenemos que
desechar. Este estandarte es lo que levantamos delante a las huestes y
potestades enemigas, para que huían de delante de nosotros, para dar paso al
Espíritu del Dios Triuno a avanzar en nuestro corazón.
Hermanos y hermanas, damos gracias al Espíritu, para que siga
ungiéndonos siempre y en cada momento, para que en cada momento de nuestra vida
podemos ver como el Espíritu del Dios Triuno es más que vencedor en conquistar
los territorios de nuestro corazón.
Él quiere trasformar nuestra mente, nuestra voluntad, nuestra
consciencia, nuestros deseos y emociones, con el fin de que todo nuestro cuerpo,
pueda someterse en una unidad a la voluntad del Espíritu del Padre.
Él quiere ser uno juntamente con nosotros, debido, que solo nosotros
podemos contenerlo y por esto hemos sido creados.
Él quiere seguir su labor, hasta que el Espíritu del Dios Triuno,
estará formado en nosotros corazones.
Él quiere que lleguemos a ser una unidad, juntamente con el Espíritu
del Padre, el Espíritu del Hijo y el Espíritu del Dios Triuno. En el evangelio
de Juan en 14:20 dice:
20 En aquel día vosotros conoceréis
que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
Y siempre en Juan 17:11 dice:
11 Y ya no estoy en el mundo; más
éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado,
guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
Estos versículos proclaman y nos confirman, que de toda la creación, solo el
hombre, fue creado con el propósito de poder contener corporativamente, al
mismo Espíritu de Dios Triuno, formando además, una unidad espiritual, corporal
y corporativa, con El.
Aleluya, Aleluya y Aleluya, sea al Espíritu del Dios Triuno, por la Divina
Gracia Sublime, depositada en el corazón del hombre.
Hermanos y hermanas, levantemos bien alto el SELLO del Espíritu. Es un
estandarte precioso, símbolo de las victorias de Cristo sobre el mundo y sobre
los principados y las potestades enemigas, las cuales solo viéndolo, tienen una
sola opción, la de huir y dejar despejado el terreno que pertenece al Espíritu.
El Espíritu del Padre nos compró, mediante la preciosa sangre que Cristo
derramó, para que el hombre sea ahora Su propiedad.
Cuando el progresa en un terreno aún virgen de nuestro corazón, lo
empreña de Su esencia, que consiste principalmente en Su Amor, para que podamos
ser cada día, más santificados y ser separados de las cosas mundanas, del mundo
y de Satanás, y pertenecer en nuestra experiencia, completamente a Él.
El propósito central del Espíritu del Dios Triuno, para el hombre, es
poder contener una porción de Su Espíritu, hasta que podamos ser uno corporativamente
juntamente con Él, mediante el Nuevo Hombre, la Iglesia, la Esposa del Cordero,
la Nueva Jerusalén, los Vencedores. Esto proceso solo puede llevarse a cabo
mediante la fe, en lo que significa la Unción, el Sello y las Arras.
En 2 Co. 1:22 dice:
22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros
corazones.
Las ARRAS figurativamente, son el
nuevo programa que el Espíritu ha hecho funcionar en nuestro espíritu. Antes de
la cruz, nuestro espíritu funcionaba con el sistema operativo del mundo, ahora,
después de la cruz, nuestro espíritu funciona con el sistema operativo del
Espíritu del Dios Triuno y esto denota Su autoridad y posesión de todo nuestro
ser.
Las ARRAS garantizan que todo lo que
ha hecho Cristo será llevado a cabo en nosotros mediante Su nuevo sistema
operativo. No solo en nosotros, más también en toda la creación, mediante el
Nuevo Hombre que es el Espíritu de Cristo procesado obrando de manera
corporativa.
En un recién convertido las ARRAS
están depositadas en el espíritu del hombre y desde allí, el nuevo Hijo de
Dios, tiene que aprender como poden influir en todo su ser, para que el nuevo sistema
operativo, pueda tener acceso a todas las parte de su cuerpo.
Hay personas que piensas que el Espíritu de Dios se mezcla con el
corazón del hombre, dando entender, que el sistema operativo del mundo, se
mezcla con el sistema operativo del Espíritu.
Hay que pensar que el corazón es un disquete. Si el disquete es
formateado, ya no tiene en si nada, de lo que era antes. Si en este disquete
formateado le ponemos otro programa, el disquete hará todo lo que el nuevo
programa le dirá de hacer.
Así es nuestro corazón, el Espíritu de Cristo procesado, hizo posible
formatear todos los disquetes que el Padre le dio. Él Espíritu pone un nuevo
programa en todos ellos, para que corporativamente sea uno y que pueda
representar efectivamente al Espíritu del Hijo. No hay ninguna mezcla con el
antiguo programa, todo ha sido hecho nuevo.
Podemos entender lo de la mezcla, debido que el órgano del corazón es
lo mismo, como el disquete es el mismo físicamente, que pero ahora,
ya no anda como antes. Antes funcionaba con el programa del mundo, ahora
funciona con el programa del Espíritu. Quiero dejar claro, que no hay ninguna
mezcla de programas. El disquete físico es lo mismo, pero esto no es lo
importante, lo importante es el nuevo sistema operativo que está instalado en
él.
Hermanos y hermanas, quiero que sepáis, que sin una verdadera
comunión, no puede haber una progresión espiritual, ni una progresión en la Unción,
ni en el Sello ni en las Arras. No puede uno llegar a graduarse, no puede uno
llegar a la Huiothesia, no puede uno llegar hacer parte de los Vencedores, ni
de la Esposa del Cordero, ni de la Iglesia
ni de la Nueva Jerusalén. Sin una comunión constante, con el Espíritu
del Dios Triuno, no puede haber ningún avance espiritual. La más mínima cosa
que hagamos en contra la voluntad del Espíritu, interrumpe la comunión y
automáticamente todo deja de progresar. Legaremos talvez al Reino de los
Cielos, pero solo como por el fuego esta puede que sea una graduación, pero no
es la graduación del propósito del porque fuimos creados.
Hablo a los jóvenes, la los que dejan en el suelo los calcetines, y los
platos en el sitio donde han comido y que no hacen caso a sus padres.
Hablo a los adultos donde quieren ser preeminentes en todo
lo que hacen, en el trabajo y en casa.
Hablo a los ancianos, que se aprovechan de su edad y autoridad, para
ser déspotas despiadados.
Todas estas actitudes, son originadas por la vanagloria, la vanidad o
el orgullo, que son todos sinónimos de un mismo origen, el sistema del mundo;
el sistema de Satanás.
Esto es exactamente lo que constantemente pone en evidencia la Unción,
el Sello y las Arras del Espíritu en nuestro obrar. Solo se puede ser
victorioso sobre todas estas cosas, mediante la fe, en la Unción, en el Sello y
las Arras del Espíritu.
Hermanos y hermanas, si somos sumisos a la Unción, si creamos en el Sello
del Espíritu, y si dejamos a las Arras de Espíritu obrar en todo nuestro
corazón, nos encontraremos siempre, no solo en comunión con el Señor, más
también bajo Su Divina presencia.
Otras herramientas válidas para simular nuestra mente, nuestra
consciencia, nuestra voluntad, nuestras emociones, son la lectura de la palabra
y la oración. Por medio de estos canales, el Espíritu puede seguir ungiéndonos,
iluminándonos, para que nuestra mente y nuestra voluntad perciban la urgencia
de desechar todo lo que necesitamos desechar, todo lo que necesitamos cambiar
por medio de la fe de una obra, que ya ha sido llevada a cabo por Cristo.
Tenemos con diligencia, aprovechar en toda circunstancia, para
desechar nuestra vanagloria y lo que nos proporciona el mundo, para que el
Espíritu pueda progresar en todos los días de nuestra vida terrenal.
Tenemos que perseverar en la lectura, y meditar sobre ella, para que
el Espíritu nos pueda iluminar cada día más.
Tenemos que perseverar en la oración para nosotros, y a favor
primeramente, de nuestros hermanos y hermanas en sus necesidades, para hacer
todo el posible de tener el Espíritu de Cristo procesado expresándose en
nuestros cuerpos. En Ga. 2:20 se dice:
…..y ya no vivo
yo, más vive Cristo en mí;
Hermanos y hermanas, perseverando en todas estas provisiones, que el
Espíritu puso a nuestra disposición, ciertamente podremos experimentar un
progreso genuino en nuestro corazón, y podremos llegar pronto, a ser los
Gloriosos Huiós de Dios, los creyentes Victoriosos, que serán un día, los que
harán parte del Cuerpo Glorificado de Cristo, después del arrebatamiento de los
dos testigos, antes del toque de la séptima trompeta. Todo ellos,
son los que se mencionan en apocalipsis 14:3-5 que dice:
3 Y cantaban un cántico nuevo delante del trono,
y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía
aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron
redimidos de entre los de la tierra.
4 Éstos son los que no se contaminaron con
mujeres, pues son vírgenes. Éstos son los que siguen al Cordero por dondequiera
que va. Éstos fueron redimidos de entre los hombres como primicias
para Dios y para el Cordero;
5 y en sus bocas no fue hallada mentira,
pues son sin mancha delante del trono de Dios.
¡Todos ellos llegaron a tener el
Espíritu del Dios Triuno formado en sus corazones!
¡Todos ellos son los
Vencedores de Sion!
¿QUÉ TE PARECE, Y QUE VAS HACER AL RESPECTO?
Armando Zanolla
Berlín el 18 de octubre del 2014
Revisión el 05 de noviembre del 2014