viernes, 21 de noviembre de 2014

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN

IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN



YAHWEH IS SENDING 

YEHOSHUA AGAIN.

He will establish the Kingdom

 of God in this world.

ARE YOU READY???

'UNA CARTA ABIERTA'


IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN

EL ESPÍRITU HUMANO

Lecturas bíblicas:

Ro. 8:10c; Ecc. 8:8; Ro. 8:12; Pr. 20:27; Job 32:8; Zac. 12:1; Mal. 2:15; Ro. 1:9; Gá. 6:18; Ro. 8:16; 1 Co. 2:11; Jn. 4:24; Sal. 51:10; 1 Co. 5:3; Ef. 6:18; 2 Ti. 1:7;

Es muy triste, que después de 2000 años de la venida del Señor, el hombre natural sigue viviendo en la obscuridad por lo que se refiere a las leyes que gobiernan su ser. Aún tienen varias opiniones de cómo es formado su ser. Muchos creen que en su alma se alberga su espíritu, así que el hombre solo es formado por el alma y por el cuerpo. De hecho hay en el mercado mucho material al respecto, pero en hombre natural, no tiene el tiempo para leer y comprender con la ayuda del Espíritu.

Esta es otra de las muchas lecturas que hablan sobre el tema. En el Rema del Señor se dice en 1 Th. 5: 23:

23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

En esta lectura vamos a considerar las funciones principales del espíritu del hombre. El Rema del Señor dice en Proverbios 20:27:

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más
profundo del corazón”.

En Job 32:8 afirma:

“espíritu hay en el hombre”.

En Salmos 31:5 señala:

“En tu mano encomiendo mi espíritu”.

En Zacarías 12:1, atestigua:

“extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él”.

Y en Malaquías 2:15, leemos:

“Guardaos, pues, en vuestro espíritu”.

En Ro. 1:9 comenta:

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo,

En 1 Co. 14:14-16 expone:

14 Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi entendimiento queda sin fruto.
 15 ¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento.
 16 Porque si bendices sólo con el espíritu,

Así el espíritu del hombre es una verdad y una realidad. Solo un necio lo puede negar con el presupuesto que no cree el rema del Espíritu. El hombre, es un ser fundamentado sobre el principio o la Ley del libre albedrío, pero hay partes en él, que no pueden seguir este principio.
Estamos hablando del Espíritu del hombre.
Mientras que el alma y el cuerpo están sujetos a la Ley del libre albedrío, su espíritu no lo es. Este es un principio fundamental, que, si no se entiende correctamente, genera todas unas series de pensamientos y especulaciones, que producen todas unas series de conceptos, que están fuera de la verdadera realidad espiritual.

No es difícil entender que el libre albedrío, tiene acceso a todas las partes de nuestra alma y nuestro cuerpo, es decir:

“Todo lo que puede producir nuestra mente, nuestros conocimientos, nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros sentimientos, incluyendo todo lo que hace nuestro cuerpo, viven y se desarrollan bajo la ley del libre albedrío del hombre, y de su voluntad”.

Lo que no puede controlar nuestra mente y nuestra voluntad, son las funciones de nuestro espíritu, y por este motivo, el espíritu, nunca puede estar sujeto al libre albedrío.

Tenemos que admitir que a pesar que el espíritu del hombre no está sujeto al libre albedrio del hombre, si es influenciado directamente por las acciones de su alma y su cuerpo.

El espíritu del hombre tiene tres partes a saber: la conciencia, la comunión y la intuición.

La conciencia no puede ser controlada ni por nuestra mente ni por nuestra voluntad.

La comunión no puede ser controlada ni por nuestra mente ni por nuestra voluntad.

La intuición no puede ser controlada ni por nuestra mente ni por nuestra voluntad.


El espíritu tiene las funciones de fielmente recibir y enviar datos, interpretarlos y analizarlos y por tanto no puede tener libre albedrio. El espíritu solo puede hacer estas funciones o no hacerlas, se dice así que puede vivir o morir. No puede decidir cómo hacerlas, las hace fielmente como ha sido determinado por su Creador.
Si el espíritu recibe la justicia del Espíritu del Dios Triuno en él, puede vivir. Es entonces que el espíritu, podrá tener los beneficios del su comunión con el Espíritu de Dios, y podrá eventualmente actuar con el propósito que fue creado. En Ro. 8:10c se dice:

mas el espíritu vive a causa de la justicia.

El espíritu vive por causa de la justicia. Cuando el hombre no se beneficia de la justicia del Espíritu de Dios, de consecuencia su espíritu está muerto. Sus funciones ya no están capacitadas para interpretar la Verdad y la Vida del Espíritu.

Si el espíritu no es controlado por el Espíritu de Dios (Debido al pecado) se vuelve pasivo, y se dice que está muerto. La voluntad del hombre no lo puede retener vivo, como se dice en Ecc. 8:8 que dice:

8 No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu,

Cuando estás “muerto”, el espíritu no participa en la vida del alma y del cuerpo, no sea por una conciencia corrupta que se amolda a la mente del hombre, siguiendo la ley del conocimiento del bien y del mal. Analizar lo que representa el bien o mal según los intereses personales del hombre natural. En estas circunstancias antes de la cruz, la conciencia, no tiene potestad de seguir la Ley del Espíritu, solo puede seguir la ley del conocimiento del bien y del mal fundamentada en el ego del hombre. Por lo tanto no tiene libre albedrío.
Es por esto hecho, que la voluntad del hombre, nada tiene que ver en las operaciones de nuestro espíritu.
De hecho, no es la voluntad del hombre que hace morir las obras de la carne, más es la voluntad del Espíritu mediante la obra de la Deidad, que lo hace posible. Como se dice en Ro. 8:12,

13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

El no entender y comprender esta Ley tan básica, da pie a otras series de herejías, que ofuscan la verdad, y son un impedimento gravoso por una vida en el Espíritu normal.
Cuando somos insertados en el Espíritu Vivificante de Cristo, debido que el pecado ha sido quitado, por la obra de Cristo, el Espíritu del Dios Triuno vuelve a tener el liderazgo absoluto de nuestro espíritu que ha nacido de nuevo y ahora Vive. Incluso el Espíritu del Dios Triuno no tiene libre albedrío, solo puede hacer lo que es justo.
El Espíritu de Cristo procesado, no se mescla con un espíritu que ya no tiene ninguna función. La comunión perdida no recibe ya ninguna información de parte del Espíritu del Dios Triuno, deja simplemente de funcionar y sufre las consecuencias del pecado del alma y del cuerpo. Se puede decir que el espíritu, no se contamina por el pecado, simplemente deja de funcionar. Esta es una ley espiritual.
Él Espíritu, vuelve a comunicarse con nuestro espíritu, cuando el pecado es quitado de medio. Es cuando el Espíritu del Dios Triuno, deposita así simbólicamente Su unción, Su sello, y Sus arras, como testimonio de todo lo que Él va hacer en el alma y cuerpo del nuevo Glorioso Hijo de Dios. Le dice simbólicamente a la comunión, la intuición y a la consciencia: “Volvemos a trabajar juntos otra vez”.
Es de esta manera que nuestro espíritu, vive para ser la morada del Espíritu Santo como se dice en 1 Co. 3:16:

16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?

y en Ef. 2:22 que dice:

22 en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.

Lo que pasa es que el Espíritu, hace “morada” con su voluntad, mediante la comunión, en la intuición y en la consciencia del hombre, para que sus efectos lleguen hasta el cuerpo. Así el Espíritu no nos llena espiritualmente con su esencia haciéndonos Dios-hombre, simplemente nos llena y envía su voluntad vía la comunión, la intuición, y la consciencia para que estas se las envíen a nuestra mente y la mente a nuestra voluntad y a nuestro cuerpo saturándonos de sus conocimientos. No consiste en ocupar, consiste más bien en hacer conocer la voluntad del Señor a nuestro corazón.

Antes mencionamos las funciones del espíritu, la conciencia, la comunión y la intuición. Ahora vamos comprobar cómo funcionan estas funciones.

LA COMUNIÓN

La comunión es una función del espíritu y denota si el espíritu está o no en comunión con el Señor. En Jn. 4:24; dice:

24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.

Y en Ro 1:9 dice:

9 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo,


Y en 1 Co 6:17 dice:

17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.

Ahora bien si uno está unido con el Espíritu del Señor tiene que tener comunión con El, como lo define la “Word reference”:

La comunión es una unión o contacto entre personas o cosas.”

La comunión, debido a esta unión o contacto, con el Espíritu del Señor, tiene unos efectos evidentes en las vidas de las personas que la tienen. Todas ellas pueden disfrutar del reposo con Él Señor, pueden disfrutar serenidad, calma, sosiego, paz y armonía, no solamente con Él, más con las personas a su alrededor.

La comunión con el mundo, tiene otros efectos evidentes, como: actividad,  inquietud,  excitación, intranquilidad, enemistades, tensión, no solamente en su corazón más también con las personas a su alrededor.

La comunión se puede paragonar a un sintonizador digital. Y al mismo tiempo a un trasmisor. Hay varios valores en la calidad de comunión con el Espíritu, en el Glorioso Hijo de Dios.
Más la comunión es perfecta y mejor puede sintonizarse con el Espíritu del Dios Triuno.
Menos sea la calidad de la comunión, menos será su sintonización con el Espíritu del Dios Triuno.
Mientras en el primer caso todos los datos recibidos son inteligibles, en el segundo casa, los datos se hacen  ininteligibles. Si la comunión no es perfecta la sintonización no es buena y la comunión no recibe correctamente los datos del Espíritu.
Los datos que envía la comunión a nuestra intuición, en este caso, debido que son defectuosos, la intuición los interpretará de  manera incorrecta. A su vez enviando la intuición estos datos corruptos, a la consciencia, la conciencia enviará a muestra mente algo que no es la realidad ni la voluntad del Espíritu del Dios Triuno y nuestra mente se vuelve así carnal actuando de forma carnal.
Cuando la comunión está sintonizada correctamente, nuestra mente recibirá una información correcta de nuestra consciencia y actuará de una manera espiritual normal.
La principal causa de nuestro inadecuado comportamiento, reside en cómo está sintonizada nuestra comunión con el Espíritu del Dios Triuno, y como nuestra intuición esta sintonizada con nuestra consciencia y como nuestra consciencia esta sintonizada con nuestra alma.
Cuando tenemos comunión con el Señor, nuestra conciencia no solo siempre réproba al pecado, también reprueba lo bueno que nuestra mente aprueba, si no es según la voluntad del Espíritu. En una situación de comunión nuestra consciencia solo aceptará la voluntad del Señor. Lo excelente de nuestra consciencia en comunión con el Señor, es que reprueba nuestros pensamientos, aun antes que nos dispongamos a hacerlo. La consciencia lo ve todo tanto que se la conoce como los ojos del Espíritu.
Es por esto, que nuestra consciencia tiene que primeramente tener la consciencia de haber sido totalmente purificada por la sangre de Cristo como menciona He. 9:14:

4 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

El Glorioso Hijo de Dios, no debe tener la menor acusación en su consciencia. Solo la sombra de un pecado hace que todo nuestro espíritu se vuelva inactivo, sin poder comunicarse propiamente con el Espíritu del Dios Triuno. Es por esto motivo que Satanás persiste en acusarnos, para que perdamos nuestras propiedades espirituales. Pero en Ro. 8:33,34 dice:

33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.
 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Estos versículos tienen que darnos la certeza de nuestra realidad espiritual frente a las acusaciones de Satanás. Cuando fuimos cortados del olivo silvestre e insertados en el olivo cultivado, hemos sido completamente justificados, no solo la ramita, también fue justificada la savia no regenerada en el interior de la ramita. En potencia fueron justificados todos los pecados que esta savia iba a producir en el futuro. Es por esto motivo que Satanás no tiene bases por acusarnos.

Es solo mediante una consciencia regenerada, que el Glorioso Hijo de Dios puede comprender todo lo que su corazón tiene que desechar. Ser fieles a la consciencias hace que el Espíritu provea para santificar a todo el corazón y a todo el cuerpo.

Si un hijo de Dios descuida de seguir los dictámenes de su consciencia en comunión con el Espíritu, de inmediato se interrumpe la comunicación entre el Espíritu, y la comunión distorsiona todas las funciones del Espíritu.

En el momento que el Espíritu del Dios Triuno está formado en nuestro corazones, es cuando todo nuestro espíritu, juntamente con nuestra consciencia tienen la sensibilidad del Espíritu de Cristo procesado.

De otra manera si nuestra consciencia nos condena a pesar que tenemos la justificación de la sangre de Cristo, nuestro deber es juzgarnos, y confesar al Señor nuestros pecados, por pequeños que sean. Solo así podremos restablecer la comunión y proveer que todas las funciones de nuestro espíritu puedan seguir trabajando con normalidad.

De lo contrario si el Hijo de Dios busca escusas para cubrir su pecado, esto no lo puede hacer nunca, mediante la mente, debido que es la consciencia  que nos habla de la voluntad de Dios, mientras nuestra mente nos habla de nuestros razonamientos. Es por esto que nuestra consciencia siempre nos condenará si no confesamos nuestras faltas.
También es común en caso de cometer algún pecado, volcarse en muchas obras para intentar a placar nuestra consciencia. Pero al doblar nuestra consagración carnal, no va hacer callar la voz de nuestra consciencia. Se necesita una confesión detallada, para que las funciones del espíritu puedan volver a funcionar correctamente
Un creyente que se resiste a aceptar lo que dice su consciencia, nunca podrá progresar espiritualmente. Su espiritualidad es totalmente imaginaria y no está calificado para andar según el Espíritu.
Los pecados tienen que ser confesado de modo detallado y progresivo, uno a uno, hasta que todos hayan sido eliminados. Si amontonamos pecado sobre pecado, nuestra consciencia se hará totalmente inservible, debido que ya no tiene pena alguna y se trasformará como alguien que ha perdido la capacidad de hablar.
Muchas veces, oímos oraciones impresionantes, canticos hermosos, creyentes que levantan las manos aclamando aleluya, pero pregunto:

¿Cómo está vuestra consciencia? ¿Cómo es realmente vuestra espiritualidad?

Hermanos y hermanas, antes de todas estas manifestaciones, hagamos caso a nuestra consciencia, juzgándonos de la manera que lo haría el Señor cuando estaremos delante del Trono Blanco, porque si así lo haremos, no seremos juzgados con el mundo. Come se dice en 1 Co. 11:32:

32 más siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.

Ciertamente seremos disciplinados, pero recuperaremos nuestra comunión y esto es lo que sirve para tener la Vida, en nuestro hombre interior.

Nuestra comunión es relativa al conocimiento o a la luz que tenemos recibido. Mi comunión no es tuya, ni la de tu compañero. Cada uno tiene su específica comunión. Yo puedo ser meno espiritual que tú, pero si yo vivo la realidad de mi conocimiento o de mi luz, por esto tengo comunión con el Señor.
Tú que eres más espiritual que  yo, pero no vive tu realidad, pierde tu comunión con el Señor y ya no progresa.

En resumen:

Como primer paso la comunión tiene la función de sintonizarse con el Espíritu y enviar los datos a la intuición.

Como segundo paso, la intuición recibe los datos de la comunión los interpreta y los envía a la consciencia, para ser analizados.

Como tercer paso, la conciencia analiza los datos y los envía a nuestra mente. Aquí pasamos desde las funciones del Espíritu a las funciones del alma.

Como cuarto paso, nuestra mente, parte de nuestra alma, recibe los datos de la conciencia y los envía a nuestra voluntad.

Como último paso nuestra voluntad pone en marcha nuestro cuerpo, el cual ejecuta la acción.

LA INTUICIÓN

Un claro ejemplo de intuición es lo que vemos en Mar. 2:8 que dice:

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

No solo vemos la intuición del Señor en acción, más Marcos nos dice que esta reside en el espíritu. Es un sentir interior donde no interviene nuestra mente. En 1 Co. 2:11 dice:

11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.

Las revelaciones del Espíritu de Dios, se perciben por medio de nuestra comunión, la cual, la hace llegar a nuestra intuición. La mente recibe, todo lo que pasa en el resto de nuestra alma y al nuestro cuerpo.
Mientras que nuestra intuición hace parte de nuestro espíritu. La mente hace parte de nuestra alma.
Nuestro ambiente exterior puede influenciar nuestra mente de varia manera, pero nuestra intuición nunca se deja influenciar por el mundo, si esta está en comunión con el Señor.
Un detalle importante de la función de nuestra intuición es que no solo puede interpretar lo que recibe de nuestra comunión, más también lo que detecta del mundo exterior.
Un Glorioso Hijo de Dios en comunión con el Señor siempre capta la verdad acerca de un asunto debido a que tiene una sensibilidad directamente conectada con el Espíritu de Dios, y no se deja influenciar por el mundo.
El hombre natural no recibe en su intuición, las opiniones de la Ley del Espíritu debido a una falla en las comunicaciones, solo puede opinar sobre un asunto por medio de su mente.
Podemos decir que la intuición es el órgano sensitivo de nuestro espíritu y que interpreta la voluntad del Espíritu de Dios, cuando un ser está en comunión con el Señor.
También podemos decir que la intuición interpreta desde la perspectiva del Espíritu de Dios, lo que hace el mundo que está a su alrededor.

Todas estas funciones son directamente proporcionales a cuanto el Espíritu de Dios está en comunión con el corazón del hombre. Mejor es la sintonización, y mejor es la comunión. A pesar que nuestro espíritu capte la verdad mediante la intuición en nuestro espíritu, al pasar la información a la mente del corazón puede no ser entendida claramente por este, debido que su corazón todavía es carnal.
Muchas veces tenemos que tomar decisiones en nuestra vida. Muchas veces estas decisiones nos parecen muy razonables, nos parecen buenas, no vemos nada malo en ella, y tomamos la decisión de hacerlas. Sin embargo, un Glorioso hijo de Dios que está en comunión con el Señor, puede advertir un sentir interno, que se opone a una decisión ya hecha y aceptada por su mente. Este sentir, es como una voz interior, que lo advierte de suspender todo y de no seguir adelante. Por tanto a pesar que una acción sea legitima y con buenos propósitos, esta vocecita se hace siempre sentir más y más autoritativa dando su opinión. Esta es la voz de nuestra consciencia la cual fue instruida por medio de la intuición, que nos informa que el Espíritu del Dios Triuno no está de acuerdo con nuestra decisión.

La intuición no solo está en comunicación con la comunión, pero está también en contacto con nuestra conciencia. Más pobre esté nuestro corazón espiritualmente, más difícil es para nuestra intuición hacer que la Ley del Espíritu de Vida llegue a nuestra conciencia correctamente y que esta última envíe una señal clara a nuestra mente.
Una persona antes de la cruz, puede entender una cierta situación con su mente y puede producir una cierta acción, pero entender no es igual que conocer. El conocer pertenece exclusivamente al Espíritu, mientras el entendimiento es proprio de la mente. El entendimiento puede fallar, el conocimiento nunca falla en conocer la voluntad del Señor. El Espíritu trasmite Su conocimiento hasta la mente del Glorioso Hijo de Dios, para que su entendimiento lo pueda entender. En el conocimiento viene depositada la voluntad del Espíritu del Dios Triuno y una mente en comunión con el Señor la puede recibir.

La intuición tiene otra función importante. Tiene que ver con la unción del Espíritu. Cuando nacimos de nuevo el Espíritu ungió nuestra comunión, nuestra intuición y nuestra consciencia. En 1 Jn. 2:20-27 dice:

20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Éste es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.
 24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.
 25 Y ésta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
 26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

Y en Mr. 2:8 se dice:

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?


Vemos la relación estrecha entre la comunión, la intuición, la conciencia y la unción del Espíritu. El espíritu por medio de la comunión, la intuición, la conciencia hace conocer todas las cosas en nuestro espíritu. El Espíritu envía su conocimiento en nuestro espíritu. Nosotros buscamos el conocimiento en nuestro espíritu, no en el Espíritu Santo. No hay distorsiones entre el Espíritu Santo y nuestro espíritu si existe una comunión correcta. Las distorsiones pueden generarse entre nuestra comunión cuando esta no tiene comunión con el Señor. No fue el caso de Jesús, el conoció en su espíritu y habló lo que su mente había recibido de su espíritu. Es interesante notar que podemos discernir lo que dicen la gente, no con nuestra mente, más con nuestro espíritu y esto es debido a la funciones de nuestra comunión, de nuestra intuición y de nuestra consciencia. La gente habla, nuestro espíritu lo percibe, y debido que esto, está en directo contacto con el Espíritu, puede determinar lo que la gente dice.

¿Cómo hace el espíritu para hacer nuestra intuición tan sensible?

¡Por medio de la unción continua por el Espíritu, de nuestra comunión, nuestra intuición, y de nuestra conciencia!

La unción es como poder sintonizar una emisora con una fuente. Con mucha suavidad el Espíritu masajea mediante la unción del Espíritu, nuestra comunión, nuestra intuición, y nuestra conciencia y estas producen un ulterior untar a nuestra alma, para que nuestra mente, pueda comprender todas las cosas que provienen del Espíritu.
Para hacer la voluntad del Señor, el Glorioso Hijo de Dios, tiene que seguir la dirección de su conciencia, y no de su mente. La responsabilidad que tenemos es poder comprender nuestra consciencia y seguir los dictamines de nuestra nueva consciencia. Si vemos que no podemos oírla, o que no funciona correctamente, quiere decir que nuestro corazón es todavía muy carnal y necesitamos primero desechar todo lo que el Espíritu nos hace conocer que tenemos que desechar, y normalmente, es toda nuestra vanagloria.
Más vanagloria desechamos por medio de la fe en la obra de Cristo, más el Espíritu podrá hacer conocer en nuestros corazones la voluntad del Señor.
Son por esos motivos, que sugerimos a los recién convertidos, que aguarden de servir al Señor mediantes obras. Esto es debido que no tiene un conocimiento todavía claro de la voluntad del Espíritu. Necesitan primero permitir al Espíritu poder avanzar claramente hasta su corazón, mediante una comunicación clara y solo después podrán conocer la voluntad del Señor.

Miramos ahora otra faceta de la intuición, la revelación y la sabiduría. En Ef. 1:17 se dice:

16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,
 18 alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,
 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,
 20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.


La Revelación es conocer la realidad del Señor, primeramente mediante nuestro espíritu y después mediante nuestra alma. Un cristianismo si una revelación personal del Espíritu, no sirve para nada, sería solamente el producto una operación de su entendimiento.
Una fe basada en el entendimiento es vana, no sirve a nada, delante de una prueba, siempre se derrumba.
De otra manera una fe basada en el conocimiento de la voluntad y de la obra de Cristo siempre será más que vencedora, frente a una prueba.
Hay millones de millones de personas en este mundo, que dicen que han creído. Su creencia, se basa en lo que ellos han captado en sus intelectos, la llamamos una fe intelectual, y de nada sirve espiritualmente. Todos ellos están todavía esclavos en sus delitos y pecados. Piensas que son salvos, e Hijos del Espíritu de Dios, pero de hecho no lo son.
Solo recibiendo a Cristo en nuestros corazones, solo recibiendo Su Espíritu Vivificante en nuestro espíritu, puede hacernos comprender la realidad de todo lo que el Espíritu del Dios Triuno hizo a nuestro favor además de su voluntad. Esto produce una fe salvadora que tendrá poder para que lleguemos a ser Huiós verdadero del Espíritu del Dios Triuno, conociéndolo íntimamente, debido a que está formado en nuestros corazones. En Jn. 17:3 dice:

3 Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.

Así la Vida Eterna es ahorita, no tenemos que esperar la muerte y la resurrección para recibirla. Ya podemos tenerla hoy con el fin que el Espíritu de Cristo procesado, sea formado en nuestros corazones. Esta es la realidad del Glorioso Hijo de Dios.
Dos seres de diferentes especies, lo tienen muy difícil a comunicarse entre ellos. Intente Usted a comunicarse con un león o con un tigre. La empresa puede resultar un tanto difícil y peligrosa, especialmente se lo intentamos cuando tienen ya algunos años. El Espíritu del Dios Triuno tiene esta tarea, la de llegar a conseguir una comunión entre seres de una especie diferente. El hombre antes de la cruz es un ser que no es hecho a imagen y semejanza del Espíritu del Dios Triuno. Le falta el espíritu activo. En estas condiciones es imposible establecer una comunión con el Señor. Por esto el Señor ni lo intenta. Es por esto que necesitamos voluntariamente recibirlo primero, para que por medio del espíritu, podamos comunicarnos con Él.
Hemos visto que a pesar que un Hijo de Dios tiene un nuevo espíritu, es muy difícil establecer una buena comunicación entre su espíritu y el Espíritu del Dios Triuno. Se necesita la continua unción del Espíritu en nuestro espíritu y en nuestras almas, para que esto pueda ser una realidad. Solo si nuestra comunión, nuestra intuición, y nuestra conciencia, gozan de una comunión continua con el Espíritu, pueden conocer las verdades profundas de la sabiduría y del conocimiento del Espíritu del Dios Triuno. Pero esto no se produce de manera automática, hay primeramente la necesidad que el Espíritu Vivificante progrese mediante una comunicación correcta hasta el corazón del creyente, desde su espíritu hasta su mente, sus sentimientos, sus deseos, sus emociones, su voluntad. Ya hemos visto que esta progresión necesita previamente que se deseche del corazón, todo lo que el Espíritu vea un impedimento para que Él pueda comunicarse. Es un proceso largo, nuestros patriarcas tuvieron que esperar hasta más de 15 o 35 años para que esto fuera su realidad en sus vidas.
El progreso espiritual se mide según la sumisión y obediencia en mansedumbre y humildad. Una persona simple tiene los mismos problemas de una persona muy dotada intelectualmente. Muchas veces progresa más rápidamente una persona simple que una persona inteligente.

LA CONCIENCIA

En Romanos 9:1 dice:

Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo,

En Ro 8:16 dice también:

16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

En 1 Co. 4:4 dice:

4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.

Estos versículos nos dan testimonio que tenemos una conciencia. Debido que nuestro espíritu está en contacto con el Espíritu Santo, este puede recibir el testimonio del Espíritu de Dios, primeramente en nuestra comunión. La comunión es como una radio recibidora y trasmisora de datos. Esta funciona cuando la voluntad del Señor quiere comunicar algo de su voluntad.

La intuición también es como una radio recibidora y trasmisora. Esta recibe los datos originados en la comunión y los trasmite a la consciencia, la cual, habiendo recibido las actividades del alma, las compara con los datos del Espíritu y envía su último parecer al respecto a nuestra alma, a nuestro entendimiento y a nuestra voluntad. La intuición es el receptor de la comunión, pero es también un trasmisor a nuestra consciencia.

La conciencia a su vez es asimismo un receptor sea de la intuición, sea de las actividades de nuestra alma. Además la conciencia, cuando está en comunión con Él Señor, es un trasmitir directo a nuestra alma, enviando todo lo que opina el Espíritu sobre las actividades del alma. Todo esto nos dice que la conciencia solo puede ser  localizada en nuestro espíritu a pesar que puede trabajar sin Él, cuando el hombre esta antes de la cruz.
La consciencia tiene cuatro funciones principales:

1.      Percibe lo que es el bien y mal si está sin la comunión del Espíritu de Dios.
2.      Percibe lo que es justo o no hacer, cuando está en comunión con el Señor.
3.      Nos condena si no hacemos el bien o no hacemos lo que es justo.
4.      Nos justifica si hacemos lo que estás bien o justo.

La conciencia siempre está activa. Depende si nuestro espíritu está vivo o muerto funciona de manera diferente.

1.      Si el espíritu está vivo percibe lo que es lo justo y lo que es injusto según la voluntad del Espíritu. (La Ley del Espíritu)
2.      Si el espíritu está muerto percibe lo que está bien y lo que está mal según la voluntad del hombre. (La ley del conocimiento del bien y del mal.)

En el primer caso sigue la Ley del Espíritu de Vida.
En el segundo caso sigue la ley del conocimiento del bien y del mal.
La consciencia de un Gloriosos Hijo de Dios juzga nuestra alma y nuestro cuerpo, según le indica su intuición en comunión con el Señor.
La conciencia natural juzga según los dictámenes de su mente natural cuando no está en comunión con el Señor.

La consciencia está muy sensible a la realidad de la confesión que hacemos delante del Señor. Si esta no es genuina, la intuición lo capta y trasmite su opinión a nuestra comunión que inmediatamente se desintoniza del Espíritu del Dios Triuno.

Si nuestra confesión es genuina, inmediatamente nos vemos pobre en nuestro espíritu ya no pensaremos mucho de nosotros mismos y nos encontraremos hambrientos de tener una continua relación en comunión con el Espíritu. Conocemos el arduo camino que nos llevó a tener una buena comunión, y no estamos dispuesto jamás a volver a nuestro vomito. Por esto la escritura dice que tenemos que renovarnos en nuestra mente y esto se hace mediante una confesión escrupulosa.

Primeramente, encontraremos que debido a la renovación de nuestra mente, que esta se volverá sobria, justa y piadosa, como dice 2 Ti. 1:11,12:

11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,
 12 enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobrio, justa y piadosamente,

Y..con el tiempo, el Glorioso Hijo de Dios tendrá una mente que funcionará como la mente de Cristo. Por esto la escritura afirma que el creyente tiene la mente de Cristo. En 2 Co. 2:16 dice:

16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.

¡Aleluya sea al Señor!

Una voluntad renovada, se trasformará de una voluntad vanidosa y orgullosa a una voluntad obediente a la fe, humilde y sumisa como nos dice Pablo en Hech. 6:7,

7 Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe.

También en Mt. 11:29-30 se dice:

29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Y en 1 P. 5:5 dice:

5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.
 6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;

Una comunión según la voluntad del Señor, una intuición que discierne bien todas las cosas, una conciencia renovada y purificada, un espíritu humilde, un corazón puro, una mente sobria, unas emociones que ahora aman al Señor, y una voluntad sumisa, harán posible que disfrutemos un fluir rico del  conocimiento de la voluntad del Espíritu en todo nuestro ser. Es de esta manera que podremos permanecer en Él, y Él en nosotros. Podremos de esta manera progresar hasta un conocimiento pleno del Espíritu del Dios Triuno como se dice en Col. 3:10,

10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno,

Hermanos y hermanas, os suplico que cada uno de vosotros viva en la realidad de su conocimiento y de su espiritualidad, solo así podremos progresar hasta llegar a ser de la estatura de cómo nos conoció el Señor antes de la fundación del mundo, teniendo el Espíritu del Dios Triuno formado en nuestros corazones, por su Gloria.

Solo así podremos llegar, a ser parte de los los Vencedores de Sion, de la Novia del Cordero, del Cuerpo de Cristo, de la Nueva Jerusalén, y junto corporativamente con el Espíritu procesado de Cristo arrebatar el Reino de las manos de Satanás para presentarlo al Espíritu del Padre Celestial. Por esto tenemos nacido, por esto vivimos y por esto moriremos. Por esto resucitaremos y por esto seremos glorificados. Que la Honra y la Gloria sea al Espíritu del Dios Todopoderoso, por todos los siglos Amén.

¿Qué TE PARECE Y QUE VAS HACER AL RESPECTO?

Berlín, el 20 de noviembre del 2014


Armando Zanolla

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