IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN
YAHWEH IS SENDING
YEHOSHUA AGAIN.
He will establish the Kingdom
of God in this world.
ARE YOU READY???
"Ein offener Brief"
IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN:
SATANÁS Y LA CREACIÓN (Parte 2 de dos)
LECTURA BÍBLICA:
Colosenses 2:12; Efesios 1:20-22; Efesios 2:6; Efesios 6:11-13; Ap. 3:22;
No podemos hacerle frente a Satanás basándonos en una vaga esperanza, o en nuestras obras, sino sólo estando firmes sobre el terreno de nuestra muerte y de nuestra resurrección juntamente con Cristo como nuestra verdadera realidad. Este es el principio fundamental de nuestra fe. Colosenses 2:12; nos dice que debemos creer en:
“la operación de Dios, quien le levantó de los muertos”.
Necesitamos asumir ante Satanás, la misma postura que adoptamos ante el Espíritu del Dios Triuno.
La Biblia nos manda que nos revistamos del manto de la justicia cuando nos acerquemos al Espíritu del Dios Triuno. Is. 61:10 nos dice:
10 En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
Nuestro manto de justicia, es el Espíritu de Cristo procesado formado en nuestros corazones. Por tanto, necesitamos revestirnos de Cristo para acudir al Espíritu del Dios Triuno. Asimismo, necesitamos revestirnos de Cristo, cuando enfrentemos a Satanás. Si estamos revestidos de Cristo, el Espíritu del Dios Triuno, solo ve la justica de que nos ha revestido EL Espíritu en la eternidad.
Ciertamente que en nuestra experiencia hemos pecado, pero al mismo tiempo el Espíritu del Dios Triuno nos proclama justificados por la sangre de Cristo y unas nuevas criaturas, debido al poder de Su resurrección.
Del mismo modo, si estamos en Cristo, Satanás no puede ver ningún pecado en nosotros, que no sea ya justificado. Cuando asumimos esta postura, Satanás no nos puede atacar jamás. No puede debilitar jamás a nuestra consciencia.
Somos perfectos ante Dios y perfectos también ante Satanás. En nuestra experiencia somos perfectos, cuando el Espíritu de Cristo procesado es formado en nosotros en nuestra vida en esta tierra y en nuestra experiencia. Es el día de la Huiothesia.
¡Qué glorioso hecho! No debemos temerle a Satanás, porque si lo hacemos, él se reirá y se mofará de nosotros. Él dirá:
“¡Qué personas tan necias hay en la tierra! ¿Cómo puede estas ser tan insensatas?”
Todo aquel que le teme a Satanás, es un insensato, porque se ha olvidado de su posición en Cristo. No hay motivo para que le temamos. Hemos trascendido por encima de su poder, mediante la Autoridad que hemos recibido. Podemos mantenernos firmes ante él y decirle:
“¡No puedes tocarme! ¡No importa cuán poderoso y fuerte seas, ni cuan ingenioso, Ya te has quedado atrás! Mi futuro está asegurado por la victoria del Espíritu de Cristo procesado que es Cristo glorificado en mí y yo en Él.”
El día de Su resurrección, el Señor llevó cautivo al enemigo y lo avergonzó públicamente. Hoy, nosotros estamos firmes sobre el terreno de la resurrección del Espíritu de Cristo procesado y ¡triunfamos por medio de la cruz!
Por lo que se refiere la consciencia, esta es afectada por dos layes fundamentales:
1. La ley del conocimiento del bien y del mal.
2. La Ley del Espíritu.
La conciencia y la ley del bien y del mal.
Hay tres categorías:
a. Los del mundo.
b. Los invasores de la cristiandad: como los Espiritistas, los Astrólogos, los Teosofilos, las Ciencias cristianas, y los de la Rosacruz, la nueva era, por aportar unos ejemplos.
c. Los que hacen plagio de la cristiandad: como los Unitarios, los Mormones, los Testigos de Jehová, los Adventistas del Séptimo día, y los antinomianistas, incluso dentro las filas católicas, protestantes y evangélicas, es común haber recibido un evangelio incompleto, y esto por dar unos ejemplos.
Esta ley es poderosa en las consciencias de todos ellos pero de manera diferente.
a. Los del mundo. Estos siguen estrictamente la ley del conocimiento del bien y del mal a su favor. Normalmente no tiene ningún problema siempre que siguán estrictamente esta ley. Cosa que normalmente hacen con mucho celo. En lo general su conciencia es totalmente tranquila, siempre tiene unas escusas para justificar sus acciones. Todos ellos no conocen en que consiste la Ley del Espíritu.
b. Los invasores de la cristiandad. Todo ellos también siguen estrictamente la ley de conocimiento del bien y del mal que es una ley totalmente subjetiva que favorece al hombre de alguna manera. Conocen que existe un mundo espiritual, pero usan los demonios como su manera de vida. Así que vive en total oposición a la Ley del Espíritu del Dios Triuno y siguen las directivas de los demonios.
c. Los que tiene recibido un evangelio parcial. Muchos de ellos son verdaderos cristianos como entre las filas de los adventistas del Séptimo día. En todos estos su espíritu ha recibido una nueva vida, pero no pueden disfrutar de vivir bajo la Ley del Espíritu debido que han escogido a vivir bajo el régimen de la Ley, de una manera u otra.
Todos ellos viven una vida “cristiana” verdaderamente triste. Están abrumados por el problema del pecado. Y no conciben vivir una vida bajo La Ley del Espíritu de Vida. Me explico: Todos ellos se sienten todos los día pecadores, debido que se examinan a si mismos y ve que cometen toda clases de pecados.
Viven por esto una vida miserable y triste. No pueden concebir que el Espíritu Vivificante, no solo los ve muertos en Cristo, más también Redimidos, Justificado, Resucitados a nueva Vida, Ascendidos al cielo y Glorificados. El Espíritu de hecho lo ve como perfectos, más blancos que la nieve. Satanás de hecho lo ve igual, sin pecado, pero este último, conociendo su debilidad de fe, los acusa sin cesar para que se sientan indignos de sentirse Hijos del Espíritu del Dios Triuno quitándole toda posibilidad de tener el Espíritu de Cristo formado en sus corazones.
Debido que su intuición y comunión es afectada por supuestos pecados, no puede recibir las directrices del Espíritu y su conciencia mira constantemente las operaciones de su alma en vez de su espíritu.
Si su fe fuera más fuerte conocerían que todos sus pecados han sido de hecho justificados y que Satanás no tiene ninguna autoridad para condenarlos.
Todo esto no escusa en hacer pecados en nuestra experiencia aquí en la tierra, de la manera que los hacen los antinomianistas, los cuales todos ellos tienen, una “licencia para pecar” debido que afirman que debido que son justificados pueden hacerlo. ¡¡No!! En absoluto, el pecado siempre quita la comunión con el Espíritu de Vida.
Pero mientras que los antinomianistas nunca pueden estar en comunión con el Señor, debido que se siente libre de pecar, los cristianos, confesando sus pecados y haciendo restitución pueden recobrar su comunión con el Espíritu del Dios Triuno y crecer para tener el Espíritu de Cristo formado en sus corazones.
Hermanos y hermanas, los que habéis sido engañados por el enemigo y que estáis viviendo vuestra vida cristiana bajo el régimen de la Ley de una manera u otra, pedir al Señor que os muestre la verdad y esta ciertamente os hará libre como se dice en Jn. 8:31-32,
31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Todo cristiano, nunca tiene que sentir algún peso en su consciencia. Cuando peca de manera involuntaria tiene que sentirse un pecador justificado, que solo necesita la confesión y la restitución, para recobrar su comunión. Si un cristiano no vive una comunión constante con el Espíritu, nunca será un cristiano normal. Estos tipos de cristianos siempre estarán bajo las acusaciones de Satanás y sus diablos, los cuales que afectarán sus conciencias, y su comunión con el Señor.
Hermanos y hermanas, amparémonos bajo la Gracia, debido que solo estando bajo la Gracia podremos efectivamente tener una vida cristiana normal. Si os sentís bajo acusación en vuestra consciencia, algo va tremendamente mal en vuestras vidas cristianas. Sentir una consciencia apenada, entristecida, abatida, son síntomas de falta de comunión, y sin comunión es imposible avanzar en la vida cristiana.
En todas estas multitudes sus consciencias son afectadas por los dictámenes de sus almas: de sus mentes, sus voluntades, sus deseos, sentimientos, pasiones y claro está, de Satanás y sus demonios. Esto pasa porque hay falta de comunión entre el espíritu, y la intuición, la comunión y la consciencia.
D. Creemos que la ascensión en Gloria del Señor y nosotros juntamente con él, está muy por encima del poder de Satanás, debido que está revestida de la Autoridad del Espíritu del Dios Triuno.
En cuarto lugar, debemos creer que en la ascensión y Glorificación del Señor, Él fue puesto muy por encima del poder y de la autoridad de Satanás. Efesios 1:20-22; dice:
“Resucitándole de los muertos y sentándole a Su diestra en los lugares celestiales, por encima de todo
... no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió todas las cosas
bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”.
Esto significa que el Señor Jesús está sentado en los lugares celestiales y está muy por encima de todo el Poder, Autoridad y Señorío. En efesios 1:20, dice:
20 la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,
21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;
22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,
23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Esta es nuestra posición hoy, y en la eternidad; es decir, la posición de todos los cristianos en la economía del Espíritu del Dios Triuno. El Señor Jesús ha resucitado y ha sido glorificado, y está sentado en los lugares celestiales, por encima de todo Poder y toda Autoridad. Nosotros fuimos resucitados juntamente con Cristo, y asimismo ascendimos y fuimos glorificados juntamente con Él, y nos hizo sentar en los lugares celestiales, muy por encima de todo el Poder y Autoridad de Satanás. En Efesios 6:11-13 dice:
“Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las estratagemas del diablo ... y habiendo acabado todo, estar firmes”.
El capítulo 2 nos muestra que juntamente con el Señor estamos sentados en los lugares celestiales. El capítulo 6 nos muestra que necesitamos que nuestra fe debe estar firme en nuestra experiencia.
El capítulo 2 dice que debemos sentarnos, mientras que el capítulo 6 dice que necesitamos estar firmes aludiendo el desechar, mediante la fe en la obra de Cristo, en nuestra experiencia, toda nuestra vanidad, y todo lo que representa el mundo para que en esta vida podamos tener el Espíritu de Cristo procesado formado en nosotros y podamos así saborear ya, estos hechos eternos en esta vida.
¿Qué significa sentarse?
Sentarse significa descansar. Quiere decir que el Señor ha vencido y que ahora podemos descansar en Sus Victorias, debido que estamos en Él, debido a la economía que el Espíritu del Dios Triuno dictó, antes de la fundación del mundo. Esto es lo que significa descansar en las victorias de Cristo.
¿Qué significa estar firmes?
Estar firmes quiere decir que la guerra espiritual, no consiste en atacar, sino en defender lo que Cristo ya ha vencido. Estar firmes no significa atacar; significa defender.
Debido a que el Señor ha tiene obtenido una victoria total, sobre Satanás y el mundo, nuestro viejo hombre ha muerto, y mediante la Vida de Gloria de Cristo que tenemos recibido, nosotros tenemos su Vida y Su Gloria, y podemos tenerlo formado en nosotros corazones, hecho que ya es real en la eternidad.
No necesitamos atacar a Satanás de nuevo, para ser Vencedores, ya somos Vencedores. La Victoria de la cruz es completa, La Victoria de Su Resurrección y Glorificación, está completa en nosotros, y ya no es necesario atacar más.
Aquí vemos dos actitudes: Una consiste en sentarse y la otra, en estar firmes. Sentarse es descansar sobre la victoria del Señor, mientras que estar firmes equivale a resistir a Satanás y no dejar que se lleve nuestra Victoria conjunta con Cristo, mediante el engaño, en nuestra experiencia.
De hecho ya somos vencedores, pero en nuestra experiencia los demonios nos hacen ver que todavía somos vivos. Nuestra fe, consiste en creer que Cristo ya ha vencido y que nuestro corazón está ya libre. Más la fe gana terreno en nuestro corazón, más podemos experimentar la verdadera realidad de nuestra Libertad y de nuestra Victoria.
En la eternidad, tendremos el Espíritu de Cristo formado en nosotros, debido que nuestra fe ha prevalecido. En esta vida, esta es nuestra meta, y esta meta es segura, debido que ya existe en la realidad de la eternidad.
Solo tenemos que desechar toda nuestra Vanidad de nuestro corazón y todo lo que procede del mundo, en toda humildad, en nuestra experiencia, mediante la fe, y dejar al Espíritu de Vida, terminar su obra en nuestros corazones, debido que esta es, la nuestra verdadera realidad.
La guerra que enfrentan los cristianos consiste en no permitir la derrota en nuestra experiencia; no consiste en luchar para obtener una Victoria. Cristo ya la tiene conseguido, lo cual es muy evidente en nuestra realidad espiritual.
Ya hemos vencido conjuntamente con Él y esta es la verdadera realidad. Combatimos desde una posición victoriosa y combatimos con el fin de mantener la victoria que Cristo ya tiene conseguido, poniendo la fe, como instrumento de victoria.
No necesitamos luchar para obtener una victoria; la victoria es algo que ya está en nuestras manos. Solo tiene que ser también nuestra realidad, en nuestra experiencia.
La victoria de Cristo y la nuestra, es vista en la Biblia desde la perspectiva de la Eternidad, donde no hay tiempo. Nosotros vivimos en el tiempo y tenemos la necesidad de experimentarla en nuestras Nuevas Vidas, como nuestra realidad mediante la fe.
Seremos los Victoriosos en nuestra experiencia, cuando el Espíritu del Dios Triuno nos declares Huiós suyos. Este es en el momento que tenemos el Espíritu de Cristo procesado formados en nosotros, en nuestra experiencia, debido que la fe tiene alcanzado todos los rincones de nuestro corazón.
Tenemos una victoria que es totalmente cierta, pero tenemos que experimentarla prácticamente en nuestra Nueva Vida, mediante la fe, en la obra de la Deidad a nuestro favor.
El resistir al Diablo es simplemente desechar de nuestro corazón, todo lo que el Espíritu de Vida nos ilumina, para que podamos verlo y desecharlo como perteneciente ya a la muerte. Muerte que Cristo has hecho nuestra más verdadera realidad.
De esta manera, el Espíritu Vivificante entrará en nuestro corazón, dándonos Su Vida, y su Gloria, hasta que llegamos a experimentar en esta Vida, el Espíritu de Cristo procesado formado en nuestros corazones, como nuestra verdadera realidad.
¿De qué manera nos tienta Satanás?
Él hace que nos olvidemos de nuestra posición, y de nuestra victoria juntamente con Cristo. Él ciega nuestra Victoria, debido a la experiencia todavía carnal que estamos pasando en nuestra vida. Si cedemos a sus tácticas, creeremos que la victoria está muy lejos y que se halla fuera de nuestro alcance. Tenemos que recordar que la victoria del Señor es ya completa en la eternidad. ¡Es tan completa que abarca la totalidad de nuestro corazón!
Una vez que creemos que somos ya Vencedores, podremos resistir a Satanás, desechando lo que tenemos que desechar, debido que ya estamos, no solo muertos, más también Resucitados y Glorificados en el Espíritu Vivificante. Toda nuestra Vanagloria y lo que pertenece al mundo ya está muerto en nosotros en la eternidad y Satanás no tiene ningún poder o autoridad, sobre nosotros. Satanás ya está derrotado, y Cristo lo ha vencido, formándose en todos nuestros corazones como nuestra más viva realidad.
Satanás quiere robarnos la Victoria que Cristo tiene ganado. Su obra consiste en mofarse de nosotros engañándonos por medio de las mentiras, debido de nuestra experiencia todavía carnal, en el tiempo.
Si no sabemos que la victoria ya es nuestra, fracasaremos.
Pero si conocemos cuál es nuestra victoria, la obra de Satanás fracasará.
Por tanto, neutralizamos la obra de Satanás, con la obra del Espíritu de Cristo procesado. Resistimos a Satanás por medio de la manifestación, la Muerte, la Resurrección de la Ascensión y la Glorificación del Espíritu de Cristo procesado. Hoy en día, nos apoyamos en la obra realizada por Cristo, la cual ya existe en la eternidad y es la verdadera realidad.
Cuando Satanás nos ataca, el Espíritu nos ilumina para que veamos la Vanagloria y el mundo que ya derrotó Cristo totalmente muertos. Él quiere que veamos esta realidad, y que por tanto podamos desechar toda vanagloria, de nuestro corazón, mediante la fe, para que el Espíritu Vivificante pueda vivir la realidad, y ocupar en la experiencia todo nuestro corazón.
Resistir al diablo, significa resistirle en virtud de las Victorias de Cristo que son eternas. Ver este asunto ciertamente requiere revelación. Es necesario que recibamos una revelación de la manifestación del Espíritu del Dios Triuno en nosotros. Además, necesitamos ver Su Muerte, Su Resurrección, Su Ascensión y su Glorificación, y nosotros, juntamente con Él. Tenemos que conocer todas estas cosas, y vivirlas como nuestra más preciosa realidad.
Hermanos y hermanas, es con profunda tristeza en ver como Satanás hace estragos en este mundo por falta de conocimiento. Unos aceptan sus mentiras voluntariamente, y son poseídos totalmente por él o sus demonios, obrando en esta vida como sus títeres. Otros son engañados por medio de sus artimañas y engaños, y viven con toda tranquilidad en este mundo. Otros, siendo ya hijo del Altísimos, no pueden progresar hasta llegar a la Huiothesia debido que su fe es débil, y se vuelven un obstáculo al cumplimiento del Reino del Espíritu de Dios. Estos son los millones de millones que entrarán en el cielo solo como por el fuego, y serán los “porteros” de la Nueva Jerusalén.
Pero Gloria sea la Espíritu del Dios Triuno, porque puedo ver con gozo, a los miles de millares, que forman el Cuerpo de Cristo, Su Iglesia, la Esposa del Cordero, y parte integrante de la Nueva Jerusalén, los Vencedores, que podrán adorar cada día a cara por toda la eternidad al Señor Altísimo de toda la creación. En Ap. 3:22 se dice:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
A Él sea toda la Gloria, y todo Honor. Por los siglos de los siglos. Amén.
¿QUE TE PARECE Y QUE PIENSA HACER AL RESPECTO?
Armando Zanolla
Berlín, el 20 de agosto del 2014
Berlín, el 11 de diciembre del 2014
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