IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN
YAHWEH IS SENDING
YEHOSHUA AGAIN.
He will establish the Kingdom
of God in this world.
ARE YOU READY???
"Ein offener Brief"
IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DIA HISPANA BERLIN:
REVISIÓN DEL ANTINOMIANISMO
LICENCIA PARA PECAR
Introducción
(Resumen de Aveling, Francis. “Antinomianismo- Licencia para pecar”.)
El antinomianismo es una herejía que aparece por primera vez al fin del primer siglo y es generalmente asociada con el gnosticismo y tiene sus raíces en entender equivocadamente la antropología del hombre. Era el tiempo en que todavía vivía nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el emperador Augusto, Ovidio poeta romano, Plinio el Viejo, filósofo romano y Tiberio entre otros. Algunos de la secta gnóstica –posiblemente y por ejemplo, Simón el mago y Marción y sus seguidores, en su antítesis entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, y su doctrina sobre la indiferencia de las buenas obras y su desprecio por todas las leyes humanas mantuvieron puntos de vistas antinomianistas o casi antinomianistas. Este nombre fue relanzado por Martin Lutero el cual hablo en contra de esta práctica satánica en la mayoría de las iglesias. En cualquier caso, generalmente se entiende que el antinomianismo fue profesado por más de una de las escuelas gnósticas. El antinomianismo reapareció definitivamente, como una variante de la doctrina protestante sobre la fe, en los comienzos de la historia de la Reforma Alemana. En este punto es interesante notar la cortante controversia que provocó entre la cabeza del movimiento reformador en Alemania y su discípulo y conciudadano, Juan Agrícola. Schnitter, o Schneider. La nueva tesis Protestante, enseñó que solo los no regenerados tenían la obligaciones de observar la ley, mientras que los Cristianos regenerados estaban enteramente absueltos y en todo libres de tales obligaciones.
Lutero le atacó vigorosamente en seis disertaciones, mostrando que “la ley da al hombre la conciencia de pecado, y que el temor a la ley es tanto saludable y necesario para preservar la moral como de divina y humana institución”. Ciertamente, hasta tal extremo eran defendidas las doctrinas antinomianistas, incluso practicadas, tan pronto como en el reinado de Carlos I, que, después de que el sermón de Cudworth contra los antinomianistas (sobre 2 Juan 3-4) fuese pronunciado en los Comunes de Inglaterra (Cámara de los Comunes, Parlamento; n.d.t.) el Parlamento se vio obligado a aprobar normas severas contra ellos (1648). Si alguien resultaba convicto, por el juramento de dos testigos, de mantener que la ley moral de los Diez Mandamientos no regía para los Cristianos, o que el creyente no necesita arrepentirse o pedir perdón por los pecados, era constreñido públicamente a retractarse, o, si rehusaba, sería encarcelado hasta que hallaran alguna seguridad de que no volvería a mantener lo mismo. Poco antes de estas fechas, la herejía hizo su aparición en América, donde, en Boston, las opiniones antinomianistas de Anne Hutchinson fueron formalmente condenadas por el Sínodo Newton (1636).
Resulta siempre una tarea fácil determinar con algún grado de exactitud si ciertas formas y ramas de Calvinismo, Socinianismo, e incluso Luteranismo, no son susceptibles de una interpretación antinomianistas; aunque al mismo tiempo debe recordarse que muchas sectas e individuos con opiniones dudosas, o incluso indudables, de naturaleza antinomianistas, rechazarían indignados cualquier acusación directa de enseñar que las malas obras y los actos inmorales no son pecados en el caso de Cristianos justificados, (o que la santidad de Cristo en esta tierra provee por su santificación después de la cruz. (Nota del escritor). Los matices y grados de la herejía aquí se funden insensiblemente los unos en los otros. Decir que un hombre no puede pecar porque está justificado es con mucho la misma cosa que manifestar que ningún acto, pecaminoso en sí mismo o no, puede serle imputado al Cristiano justificado como pecado. Tampoco la doctrina de que las buenas obras, no ayudan a promover la santificación de un individuo está lejos de la enseñanza de que las malas obras no influyen en ello. (Si concebimos que el pecado directo a Dios (Voluntario) es algo que no se puede justificar en un creyente, mientras que el pecado por omisión no se le puede imputar debido que el sujeto no se percata del hecho hasta después encontraremos un perfecto equilibrio de lo que a un cristiano les es ‘permitido’ hacer, y que, no le es permitido. Los dos ciertamente son pecados pero uno lo delata como persona antes de la cruz y el segundo lo delata como creyente después de la cruz que necesita confesar su pecado para mantener su comunión con el Señor. Nota del escritor).
EL RESURGIMIENTO DEL ANTINOMIANISMO (LICENCIA PARA PECAR)
Su doctrina fundamental es: la Trinidad, la Salvación sólo por medio de la Fe en Cristo y la infalibilidad bíblica.
Antes de desenrollar el tema del antinomianismo, es imprescindible ver en que se funda la Ley de la Gracia. Hay una line muy sutil, pero que muy fundamental, entre el pensamiento en que se funda la Gracia y el fundamento que se funda el antinomianismo. Ningún mejor que Pablo tocó este argumento. Podemos comenzar a considerar los vs. en romanos desde el cap. 5:16 hasta el vs. 21 que dicen:
16 Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación.
17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.
18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;
21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.
En estos vs. Se desarrolla el siguiente:
Primero consideramos de que se trata la VIDA, (2222 zwh, zoe) que se refiere en estos versículos. Zoe es en que consiste la Vida Eterna, la Vida Divina increada, la cual solo consiste específicamente en la Vida Espiritual de Cristo procesado y Glorificado, el Espíritu Vivificante, el Espíritu Santo, el Espíritu del Dios Triuno. La Zoe del Espíritu de Cristo es la que recibimos primeramente en nuestro espíritu, los creyentes, cuando nacemos de nuevo. Debido a esta Zoe, podemos ser sacerdotes Santos, y reinar sobre todo principado y potestades celestiales, y sobre toda la creación, juntamente con Cristo.
Los que reciben la Zoe, reciben la Gracia.
El don de la Gracia que consiste principalmente en recibir la Zoe de Cristo, hace nulo todo juicio sobre el que la recibe. El juicio es el resultado del pecado, pero el pecado fue juzgado en la cruz una vez para siempre. Como resultado a este juicio la persona que nace de nuevo es justificada y recibe la Zoe de Cristo, primeramente en su espíritu y durante su santificación en todo su corazón en su experiencia. Es por esto que la Zoe de Cristo puede reinar para justicia cuando está formada en el corazón del hombre. Impartir la Zoe del Espíritu de Cristo para que esta fuera formada en el hombre, fue la razón por la cual el Espíritu de Dios nos salvó. Así la justificación no es el fin de la Gracia, el fin de la Gracia es la Zoe del Espíritu de Cristo en nosotros formada en nuestra experiencia.
La justificación es el camino para llegar a tener la Zoe de Cristo formada en nuestros corazones. La justificación es también el resultado de la Zoe de Cristo. Es por esto que la Zoe del Espíritu de Vida, puede cambiar nuestra manera de ser y nuestra manera de vivir. Esta es nuestra nueva realidad del nuevo hombre, en el Espíritu de Cristo procesado.
Ser un pecador justificado, no depende de los esfuerzos de uno, ni de sus acciones. No es debido que debido que intentamos a no pecar, somos considerados justos por Dios. No consiste en pensar que si hoy no peco soy justo, y si mañana peco, soy considerado pecador. Los creyentes, somos considerados justos, y somos justificados exclusivamente por la sangre de Cristo. La justificación de Cristo está hecha, con el propósito de ser un auxilio valido por el pecador justificado. Somos pecadores porque Adán escogió el camino de Satanás, escogió el camino del conocimiento de la ley del bien y del mal.
El creyente es un pecador justificado, porqué escogió a recibir la Zoe del Espíritu de Cristo procesado en él, que consiste en la Zoe de Vida del Espíritu que opera en todo momento para que seamos siempre considerados justos.
Es por esto motivo que Satanás y sus demonios no tienen ninguna base para acusar al creyente, siempre que este sea consciente de su posición en la Zoe del Espíritu de Cristo procesado.
La ley, hace que el pecado sea evidente en los hombres, y que el hombre pueda reconocer su fallo. Es de este modo que el pecado reina, debido a la autoridad de la muerte que se hace evidente por medio de la Ley.
Para terminar con la autoridad de la muerte, Cristo tuve que morir, y nosotros conjuntamente con Él. Debido a esta muerte conjunta, ya la muerte ha perdido toda su autoridad en los que tiene la Zoe del Espíritu, y Satanás conjuntamente. Satanás solo tiene autoridad sobre el hombre, si el pecado y la muerte están presentes. En el momento que Cristo murió a la muerte, Satanás perdió toda su autoridad. Es por esto motivo que el pecador también tiene que morir, si quiere que ni la muerte ni el pecado ya no tengan ninguna autoridad sobre él, y esto, solo lo pudo hacer realidad la muerte de Cristo en la Cruz y su resurrección, ascensión al cielo y su consecuente glorificación.
Es una pena, que de estas obras tan sublime, dieron paso al surgir del antinomianismo.
El pensamiento fundamental del antinomianismo es que si esta es la situación del cristianismo, entonces ya no es importe si yo peco o no, tengo la Gracia que suple a toda mi deficiencia. Si no es fundamental que yo peque o no, entonces, no me preocupo, puedo pecar.
De allí surgen las famosas palabras de tener la: “Licencia para pecar”. La Gracia se transforma en las manos de los liberales, una licencia para pecar, perseveremos en el pecado para que la Gracias abunde. A los antinomianistas, Pablo responde con contundencia en los versículos del capítulo 6 de romanos que dicen:
Romanos 6:1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él.
10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive.
11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.
16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?
17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados;
18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.
20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia.
21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte.
22 Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
¡DE NINGUNA MANERA! Esta es la respuesta de Pablo a esta objeción. El motivo que aporta Pablo es, que si hemos muerto conjuntamente con Cristo, como podemos seguir pecando, si el pecado está muerto. Todo esto solo se puede resolver por medio de la fe. Hemos muerto de manera objetiva, “en posición”, pero subjetivamente en nuestra experiencia, nuestro corazón todavía no está regenerado. De hecho, está completamente justificado, pero le falta una vida de santificación, para ser completamente regenerado. De hecho realmente es regenerado objetivamente en la eternidad, pero nosotros no lo podemos ver como nuestra realidad, debido que nuestra fe es débil. Solo podemos ver esto, como nuestra esta realidad, si la fe ha llegado a dominar todas las parte de nuestro corazón. Solo si Cristo está formado en nosotros corazones, podremos comprobar en nuestra experiencia, de manera subjetiva, que la obra de Cristo es nuestra verdadera realidad.
El bautismo representa nuestra identificación con Cristo, Mediante el bautismo expresamos que fuimos puesto en Él, en su muerte, sepultura, resurrección, ascensión y glorificación. Cuando somos bautizados, somos bautizados en Su muerte, sepultura, resurrección, ascensión y glorificación. Somos separados del mundo y de la autoridad de Satanás, y puestos en la nueva esfera de la Zoe del Espíritu de Cristo.
Nosotros no podemos morir al pecado, solo lo podemos hacer, en nuestra muerte conjunta con Cristo. Nuestro viejo hombre ha sido crucificado con Cristo en la cruz. Mediante el bautismo, somos sepultados, muertos, resucitados, ascendidos al cielo y glorificados. Después del bautismo, venimos a ser nuevas criaturas, debido que fuimos insertados en Él.
Andar en novedad de Zoe, es vivir hoy, en la esfera Espiritual de la resurrección, con el poder de reinar con autoridad, mediante la Zoe que tenemos recibidos. Esta clase de vivir, pone fin en nuestra experiencia a todo lo que pertenecía en Adán en nosotros, hasta que tengamos el Espíritu de la Zoe de Cristo procesado, formado en nuestros corazones.
Esta clase de Zoe, pone fin a toda disputa que pueden tener los antinomianistas, debido que si estamos en la Zoe del Espíritu de Cristo procesado, nuestro vivir solo puede ser por el poder y la Autoridad de la Zoe del Espíritu en que vivimos ahora siempre cunado nuestra fe sea fuerte. Si esto no es el caso, es que no tenemos la Zoe del Espíritu de Cristo procesado todavía formado en nosotros, tenemos todavía la vida del mundo, que es la vida de Satanás que nos domina. Es verdad que tenemos partes de nuestro corazón que todavía no experimentan la Zoe de Espíritu de Cristo procesado, pero mientras lo sean, se encuentra en la situación muy privilegiada, por ser un corazón totalmente justificados, el cual tienen que aprovechar esta Gloriosa situación, para permitir que la fe haga posible, que también este corazón carnal justificado, viva una Zoe de resurrección.
Bosquejo del Dr. Jorge Treviño ‘Licencia para pecar’
Resumen de Armando Zanolla ‘Soy salvo o totalmente perdido’
La iglesia terrenal de hoy en día, está situada históricamente en los últimos tiempos, antes de la segunda venida de Yehoshua, el Messiah para establecer el Reino de Dios en la tierra. No es de sorprenderse que una doctrina satánica como esta, a saber el ‘antinomianismo’, pudiera resurgir en nuestros días, por medio de "TODAS LAS DENOMINACIONES MUNDIALES INCLUIDOS CATÓLICOS Y PROTESTANTES".
Desde Adán, el hombre siempre ha buscado un camino para salirse con la suya. El fundamento antinomianistas declara que las obras de Cristo están imputadas a ‘los creyentes’ después de la cruz. Si un ‘creyente’ peca de manera voluntaria o involuntaria, la santidad de Cristo le es imputada, Dios Padre ve la santidad de Cristo en el creyente y no le imputa el pecado. Mediante una simple 'CONFESIÓN' es librado de toda culpa y puede seguir su camino de santificación. NADIE le confronta con el hecho que talvez se encuentra todavía ANTES DE LA CRUZ y este, creyendo en esta falsa doctrina se siente sin culpa, y vive su vida sin remordimientos siguiendo pecando voluntariamente, porque la Gracia lo cubre todo. Las acciones humanas ya no están sujetas a la Ley, y estas, no son consideradas pecaminosas por Dios debido a Su Gracia. En esta última frase está exactamente el fallo. El Espíritu del Dios Triuno, siempre considera el pecado, PECADO.
La palabra antinomianismo procede de dos palabras griegas: ‘anti’ que es, SIN o ‘EN CONTRA’, y ‘nomia’ que significa LEY. Por tanto su significado es: ‘SIN LEY o EN CONTRA DE LA LEY. Los antinomianistas borran la Ley de su vocabulario, porqué dicen ya es obsoleta, no sirve, mientras que tendrían que borrar el pecado mediante la fe en la obra de Cristo, debido que han definitivamente muerto conjuntamente con Él.
Quien profesa la herejía de terminar con la Ley del Espíritu, lo que hace, es que la Gracia Divina, anule por completo la Ley de Dios, y esto es imposible por el de Mt. 5:18, que dice:
18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
El antinomianismo profesa que ellos pecan porque son justificados. Y esto es cierto, son justificados, pero al mismo tiempo tenemos que declarar que todos ellos no viven la Zoe de la resurrección del Espíritu del Cristo procesado, porqué siguen pecando de manera voluntaria, y de este modo hacen la justificación, como su fin.
Ya tenemos dicho que la Justificación no es el fin, el fin es vivir una vida de resurrección, para tener un día, el Espíritu del Cristo procesado formado en nuestro corazones y desde allí poder progresar a llevar el fruto, que el Espíritu determinó, antes de la fundación del mundo por todos Sus Huiós. Perseverar en el pecado no es el camino para tener el Espíritu de Cristo procesado formado en nuestros corazones.
En otras palabras, los antinomianistas, se quedan toda su viva en la condición de niños en Cristo, sin la comunión del Espíritu, en todas sus vidas, incapacitados de poder oír la voz de su intuición. Sus conciencias seguirán todas sus vidas, la voz de sus almas, y nunca la voz de su espíritu, debido que el Espíritu estará siempre contristado con ellos.
Esta doctrina ya se infiltró en las iglesias de Corintio y Efesio. Pablo escribiendo a los Gálatas, que habían caído en la herejía de la salvación por obra, les advierte además que no se fueran al otro extremo (Antinomianismo) en:
Ga. 5:16-21 16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne.
17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
18 Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
El antinomianismo tiene sus raíces en el gnosticismo, debido que el punto de partida de los gnósticos es que solo lo espiritual puede ser santo, la materia es en sí pecaminosa y no puede producir santidad, por esto creían que Jesucristo no vino en la carne. Todos los cristianos creen que esto es falso y no refleja la verdad. Cristo vino en la carne y vivió una vida sin pecado, por el motivo de estar unido y en comunión con el Padre. Fue sacrificado como un cordero sin manchas y si defecto alguno, hasta el momento que el Padre cargó sobre él, la pena del pecado Adámico (Debido a la separación de Dios) para poder reconciliarse con toda la humanidad mediante nuestra crucifixión conjunta a Él. (Justificación). Mediante su resurrección pudo dar nueva vida a todos los que creen los cuales, pueden ahora resucitar, juntamente con él, y comenzar una nueva humanidad (El cuerpo de Cristo).
El mismo Juan Wesley se levantó con fuerza en contra del antinomianismo, rechazando rotundamente esta doctrina que en el ‘Outer AC. Pág. 380, la explicaba de esta manera: ‘Con este fin’ (De convertir la gracia en libertinaje), Simón el mago se apareció otra vez, e enseñó ‘que Cristo había hecho, así como había sufrido por todos; para que su rectitud siendo imputada a nosotros en nuestra santificación con el propósito de justificar los pecados después de la cruz, ya no necesitáremos la nuestra propia santificación; que viendo que había demasiada rectitud y santidad en Él, el creyente no necesita ninguna más en él, pudiendo impunemente continuar en el pecado; que el pensar que nosotros podemos experimentar alguna santificación experimental, o el desear o buscar alguna, es el renunciar a Cristo; que desde el principio de la salvación hasta el final de la santificación, todo es hecho en Cristo, y el hombre no necesita producir ninguna santificación ni guiado por el Espíritu Santo; y que aquellos quienes enseñen de otra manera son ‘predicadores legalistas’ y no saben nada del evangelio…’
Simón el mago con esta sutil pero insana doctrina, trataba se seducir a los creyentes bajo el pretexto de exaltar fuera de los limites la gracia de Dios y estimulando así el pecado y el libertinaje. En la actualidad se oyen las siguientes enseñanzas evangélicas:
1 – Dios ya no me ve a mí, sino Cristo en mí.
2– Cuando alguna persona cree en Cristo, la obediencia de Cristo es imputada al creyente, de tal manera que Dios no le ve a él sino a la obediencia de Cristo en él.
3 – Cuando el creyente peca, Dios ya no lo ve a él, sino a Cristo en él.
4 – Una implicación de la obediencia de Cristo imputada al creyente, sería que cuando éste peca Dios ya no le ve el pecado en él, pues ve la obediencia de Cristo cubriendo su pecado.
5 – La persona puede ser cristiana y vivir en la práctica habitual de distintos pecados, sin embargo Dios no ve nada de esto.
Como podemos ver estas doctrinas están fundamentadas en la justificación pero con el pretexto de dar la libertad a creyente de pecar y llevan sin duda al libertinaje, la impudicia, la obscenidad, a la concupiscencia, a una descarada desvergüenza y a una falsa seguridad, y esto, entre otras cosas pasa hoy en nuestras iglesias. Hay personas que cándidamente te pueden decir que ello entienden muy bien el evangelio, que no sienten ningún sentido de culpa, gracias a la Gracia de Dios, que saben muy bien que es la Gracia Divina, y dan Gloria a Dios que su ‘GRACIA’ es tan sobre abundante, que no ve el ‘pecado’ mas solo CRISTO en ÉL y esto claramente dicen ellos, después de la cruz y después de haber creído. Esta es pura herejía. La crisis moral que viven las iglesias, tiene como fundamento a doctrinas como estas. ¿Pero nos preguntamos por qué? Es puro gnosticismo.
Pregunto: ¿Qué hay el de tener a Cristo formado en nuestro corazones?
El efecto del pecado original no es otra cosa que la separación de Dios, no es un virus. Una vez que se quita esta separación por la obra de Cristo, ya volvemos en posición a Edén donde todo comenzó, claro está, conociendo ahora el bien y el mal, y teniendo hábitos y traumas malos, que nos pueden perjudicar en nuestra vida y que Satanás usa para que nuestra fe sea débil, y no pueda ver la realidad de la obra de Cristo en nosotros. Pero NO, al punto de hacer liberalmente pecados voluntarios, sino solo por omisión debido, que ya no seguimos la ley de conocimiento del Bien y del mal, más la Ley del Espíritu. Como se dice en Ez. 36:26,
6 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
Después de la cruz, el hombre solo tiene una sola naturaleza con la cual puede operar voluntariamente, y esta participa de la naturaleza Divina, y mediante el Espíritu Santo, que ahora vive en el creyente. Este hecho, puede producir una Zoe, que puede Glorificar al Espíritu de Dios. Una vez que el creyente en Cristo, cree en el sacrificio y en la sangre derramada por Él para pagar su deuda con el Señor, se siente verdaderamente en paz con Dios, aún más se siente ahora que Dios se puede Glorificar en él, haciendo las buenas obras que el Señor tiene preparado para él, cosa que no puede hacer un antinomianista porqué lo que solo produce es pecado sobre pecado y además en esto se goza, diciendo él, que Dios se glorifica con esto debido, que Dios ve Cristo en él.
¿Qué pasa con la justificación?
1- Mediante la muerte del viejo hombre conjunta con Cristo y por su sangre, se encuentra una nueva unión con el Señor mediante la justificación:
Ro. 6:7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Paz en la conciencia sin ninguna culpabilidad por los pecados pasados.
Ro. 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
¿Qué pasa con el nuevo nacimiento?
1 – Recibimos la Zoe y nuestro espíritu vuelve a vivir.
Ro. 8:10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia.
2 – Recibimos el Espíritu Santo.
Ro. 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
3 – Podremos obedecer la palabra y no andar carnalmente, sino obedeciendo la influencia del Espíritu Santo.
Ro. 8:4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
4 – Vivir rectamente haciendo lo que es recto.
1 Jn. 3:7 Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo.
Si el Espíritu de Cristo está formado en el creyente, este actúa en su Huiós, y se gozará en las buenas obras (No las malas) que Cristo ha preparado para él, y serán hechas manifiestas a través de él y él podrá recibir un día, coronas delante al tribunal de Cristo. Vivir una vida desde pecados grande a unos más pequeños, o una vida desde muchos pecados a pocos pecados, no es una obra para recibir corona alguna.
En Europa desde la Reforma Protestante del siglo XVI, las iglesias luteranas fueron llamadas iglesias evangélicas
En nuestras iglesias protestantes, se da la impresión que por hacer alguna manifestación pública de nuestra fe, este hecho (Obra) hace a los creyentes salvos:
1- Acepta a Cristo en tu corazón y será salvo.
2- Cree y será salvo.
3- Arrepiéntase y crea y será salvo.
4- Proclama Jesucristo como tu salvador personal y será salvo.
5- Proclama Cristo como señor personal y será salvo.
Y quien más tenga, ponga, aparte de la hipocresía que muchos responden a estas preguntas, estas tiene ‘olor de fuego extraño’ El oidor hace la obra de proclamar una sentencia, y por esto, se siente salvo, y después se encuentran con una vida repletas de pecados.
El autor quiere dejar bien claro que no hay justificación sin derramamiento de sangre y la sangre tiene que ser la de nuestro Señor y Salvador Jesucristo de Nazaret y nosotros conjuntamente con Él. Es solo mirando por la fe, esta sangre, y ver como esta sangre nos cubre en nuestra totalidad, hasta la muerte, tanto, que en la escritura se nos dice que solo habiendo sido crucificados juntamente con él, el hombre puede ser salvo.
Ro. 6:6-7 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido (La separación de Dios), a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado.
Una vez que verdaderamente vemos esto como nuestra verdadera realidad, estaremos otra vez, unidos y en comunión con la Deidad, y si verdaderamente hemos muertos al pecado, sabemos que también podremos tener una Nueva Zoe, y por medio de esta, poder Glorificar al Señor, debido que él también resucitó de los muertos y nosotros conjuntamente con Él..
Ro. 6:8-14 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. 12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
¿Entonces como nos ve el Señor después de esta Justificación, Santos o pecadores o santo solo en posición?
Dios nos ve que somos pecadores justificados, cuando pecamos por omisión, Dios nos ve, justificados y posesores de la Zoe de Espíritu, Él nos ve totalmente regenerados con Cristo formado en nuestros corazones. Pero, si pecamos voluntariamente, Dios nos ve como a pecadores antes de la cruz, así ni los fornicarios, ni a los idólatras, ni a los adúlteros, ni a los afeminados, ni a los que se echan con varones, 10 ni a los ladrones, ni a los avaros, ni a los borrachos, ni a los maldicientes, ni a los estafadores podrán hacer parte, del cuerpo de Cristo, (Estas Escrituras hablan de pecados voluntarios).
1 Co. 6:9-10 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
Los antinomianistas ven al cuerpo de Cristo como una cueva, un refugio para poder cometer cualquiera sea maldad. Es importante enfatizar que esta santidad posicional se puede trasformar en nuestra experiencia como real, por medio de la obediencia y las buenas obras de Cristo y estas le son imputadas al sujeto.
Inevitablemente, el vivir en rebeldía con el Señor, muchas veces, provocará en la conciencia un estado de intranquilidad, ansiedad, preocupación y hacia a disturbios más grave en el comportamiento de las personas, en los esporádicos momentos de comunión. Para evadir esto, en la iglesia se promueve en hacer buenas obras, para cubrir este estado anormal, como, la confesión, la penitencia, actividades de la iglesia, cultos de oración, diezmos, ofrendas especiales, todo para no oír una conciencia que clama:
‘eres un rebelde descontento de lo que tiene, quiere vivir una vida independiente de Dios, eres un salvaje indomable, eres reacio a practicar la verdad, eres terco y obstinado, eres egoísta. Eres lleno de vanagloria’, entre otras cosas.
Si todas estas actividades no son suficientes, se puede siempre participar a cultos carismáticos o pentecostales, donde la alabanza es el centro del culto, donde hay fuerte estímulos emocionales que son capaces de hacer olvidar un poco, la miseria y la infelicidad, en que uno vive. Pero todos ellos, no pueden sacar un versículo de su mente:
He. 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Por esto por muchos no tienen otros recursos de creer en su mente la creencia de ser unos santos posicionales, y que la santidad de tener el Espíritu de Cristo formados en sus corazones le es imputada al creyente y no hay la necesidad de experimentarla en la experiencia. Tenerla en posición le es suficiente. Pero a Jesucristo no le sobra ninguna migaja de santidad, porque Él hizo todo el bien que pudo, si añade una parte a los creyente quería decir que no hizo todo lo que pude, su amor se quedaría corto y no sería tan santo.
La santidad es intransferible es exclusiva y personal del sujeto.
Una cosa es el Espíritu del Dios Triuno, y otra Su economía. El espíritu de Dios es inmutable, no se puede añadir o quitar algo de Él. Es por esto que planeó Su economía, que se releja en toda Su creación. Produzco un cuerpo espiritual de Cristo corporativo, formado de miles de millares de creyentes. Para entrar a hacer parte der este cuerpo corporativo espiritual, solo se puede entrar llegando a ser en la experiencia, lo que nos conoció el Espíritu, antes de la fundación del mundo. Es por esto que es tan importante nuestra santificación y el tener el Espíritu del Dios Triuno formado en nuestros corazones. El Espíritu de Cristo procesado, ya está formado en la eternidad, y cada uno tiene su sitio, y su grado de santidad en Él. Está nosotros, mediante la fe en toda Su obra, el poder llegar hacer parte de este cuerpo. Estos son los Vencedores, los Huiós del Espíritu del Dios Triuno, la esposa del Cordero, parte de la Jerusalén Celestial.
Una cosa es el sacrificio de Cristo en la cruz, donde su sangre, pagó la deuda de toda la creación, al Padre por el pecado en potencia, y todos pecados individuales. Otra cosa, es tener una cuenta bancaria sin límites donde Cristo por su bondad sigue pagando por los pecados voluntarios cometidos después de la cruz a unos supuestos “creyentes”. Jesús paga la totalidad de la deuda con su sangre en el momento de la cruz y no tiene un sobrante para después de la cruz, para los pecados voluntarios. Él derramó exactamente lo suficiente, para formar todo el cuerpo de Cristo, la iglesia, y no le sobra nada por lo que quieren seguir viviendo en rebeldía, a menos que cambien su estado, desde antes de la cruz, hacia después de la cruz. Esto es confirmado por las siguientes escrituras:
Algunas figuras del evangelicalismo anglosajón han sido: Jonathan Edwards, George Whitefield, Robert Raikes, Charles Wesley,y Francis Asbury,
Mt. 26:28 porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramado
1 Co. 15:3 porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
Lev. 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
La sangre paga el justo castigo en sustitución nuestra, pero no imputa a nosotros Su obediencia después de la cruz como pago de nuestros pecados voluntarios “después de la cruz”. Cristo muere al pecado, una vez por siempre en el momento de la cruz, si pecamos voluntariamente después la escritura dice:
He.6:4-6 Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, 6 y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Lo mismo pasó con los judíos que decían:
Mt. 3:8-9 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Pensaban que debido a la santidad de Abraham, ellos se consideraban justo, y por la circuncisión, se hacían acreedores de la bendición de Abraham y pensaban que la obediencia de Abraham, le era acreditada a favor de su descendencia y pensaban:
Si soy descendiente de Abraham soy heredero de la promesa (aunque no tenga la santidad de Abraham) y ya soy salvo.
Esto es lo que produce la herejía del antinomianismo cuando dicen que Cristo murió por nuestros pecados pasado, presentes y FUTUROS, aún voluntarios
¿Por qué pecar voluntariamente después de la cruz? ¿Si hemos muerto y resucitados como nuevas criaturas, como seguir pecando voluntariamente?
El problema fundamental es entender equivocadamente de como el Espíritu de Dios creó al hombre, y que exactamente pasó en el corazón del hombre una vez que pecó. Brevemente explicaré este tema.
El hombre cuando fue creado tenía un solo corazón en estado de inocencia. Debido a su desobediencia (Pecado) a Dios, el hombre se alejó de Dios y vivieron separados. El hecho del pecado provocó un cambio en su mente debido que el hombre, escogió a seguir la ley del conocimiento del bien y del mal. Fue así, que el hombre y se encontró separado de Dios.
Esta separación, es la causa mayor de todos los problemas, y es la consecuencia del pecado. Esta separación, es la causa que la mente del hombre ya no pudo funcionar correctamente, cayendo en todo unas multitudes de pecados, en toda la humanidad. De hecho todos pecan, pero no debido al corazón del hombre en sí, más bien por la situación de esta separación, por falta de comunión con Él Altísimo.
El corazón es un sistema complicado, su espíritu, es compuesto por la comunión, la intuición, y la consciencia. Su alma. Es compuesta por la mente, la voluntad, las emociones, deseos, sentimientos y emociones. Si se interrumpe la comunión, ya la intuición, no puede escuchar al espíritu, solo puede escuchar una conciencia que siente, lo que su alma quiere, y su voluntad así sigue la ley del conocimiento del bien y del mal.
No es por qué tenemos una supuesta naturaleza pecaminosa, como un virus, que nos contamina que por esto pecamos, más bien es sencillamente debido nuestra separación de Dios, nuestra falta de comunión, que fue originada por la decisión del hombre a seguir la ley del conocimiento del bien y del mal. Antes de creer, teníamos el mismo corazón (Mente) que tenía Adam caído, Cristo fue el último Adam, y probó que la creación del hombre podía Glorificar al Espíritu del Dios Triuno, en unión y comunión con Él.
Lo que han pasado por la cruz, por medio de la muerte del viejo hombre y del mundo, la sangre de Cristo hace posible nuestra justificación y debido a creer en los beneficios de Su resurrección, ascensión y glorificación, resucitamos juntamente con Él como Nuevas Criaturas con el propósito de llegar un día de tener en nuestra experiencia el Espíritu de Cristo procesado formado en nuestros corazones.
¿Qué pasa en realidad? La obra de Jesucristo hace posible una nueva unión y comunión.
Ahora este mismo corazón, puede trabajar nuevamente de manera correcta, sea el espíritu que el alma, debido también porque tenemos una ayuda idónea, mediante la fe en el Espíritu Santo en nosotros, para que nos ayude en todo.
Antes teníamos en nosotros, una sola naturaleza, pero apartada de Dios, ahora tenemos la misma naturaleza pero unida en comunión con Dios.
NO EXISTEN EN EL HOMBRE DOS NATURALEZAS, esto es un ‘tabú cristiano’. Desde siempre solo ha habido una naturaleza en el hombre. El espíritu del Dios Triuno ha hecho un solo corazón, y este en sí, ES NEUTRAL. Cuando este está en unión y comunión con el Espíritu de Dios puede ciertamente Glorificar al Señor, y sin esta comunión, solo puede producir pecado.
Dios no creó a un ser abominable, el corazón del hombre es en sí es neutro, lo abominable es la separación de Dios que se produce por falta de comunión.
Ahora bien, debido que el hombre no tiene bien claro este concepto antropológico, piensa que tiene dos naturalezas una buena y una mala. Debido a la mala, el hombre siempre será llevado al pecado y puede inculpar a Dios de no haber hechos las cosas bien. Así para sentirse mejor, inventa el antinomianismo como excusa para pecar impunemente, y sentirse perfectamente salvo.
Lo que pasa es lo siguiente. Cuando Nacimos de Nuevo, solo nuestro espíritu fue regenerado en nuestra experiencia. En nuestra alma solo tenemos una cabeza de playa del Espíritu, y desde allí el Espíritu puede avanzar en todo nuestro corazón si mantenemos nuestra comunión con Él Señor. Esta cabeza de playa la conocemos como el sello y las arras del Espíritu. Todo el resto del alma todavía no está regenerada, en nuestra experiencia.
Esta, está totalmente regenerada, pero solo en posición, desde el punto de vista del Espíritu. Pero esto no sirve, para hacer parte del Cuerpo de Cristo. El requerimiento del Espíritu es que podamos, por la fe, dejar que el Espíritu, se pueda formar en nuestros corazones, para poder terminar el Cuerpo de Cristo en la experiencia.
En esto periodo, nuestro corazón, cuando está en Comunión con el Espíritu, hace posible que este pueda progresar en nuestro corazón. Cuando no está en Comunión, el Espíritu no puede progresar. El corazón, nunca tiene dos naturalezas, tiene una que puede obrar de una manera u otra, dependiendo de la Comunión.
De una parte tenemos, Él Espíritu, en nuestro espíritu, que quiere hacerse oír y mover nuestra voluntad en el camino del Señor. De la otra parte la cabeza de playa del Espíritu que quiere, cundo en Comunión, ocupar todo nuestro corazón. Todo esto es perfectamente posible. El problema que hay es que cuando se pierde la comunión del Espíritu, se interrumpe toda comunicación. Entre una buena comunión y una mala, el Espíritu provee que el Espíritu del Dios Triuno se forme en nuestro corazones y llegamos a tener Su espíritu formado en nuestro ser.
Es así que llegaremos a experimentar a ser verdaderos Huiós de Espíritu de Dios.
Hermanos y hermanas, después de la cruz, y como Huiós de Dios, teniendo el Espíritu de Cristo en nuestros corazones en Comunión, solo podemos producir Su fruto, y fruto en abundancia. Podemos pecar, CIERTAMENTE, pero solo podemos producir pecados por omisión, involuntarios, los cuales siempre son expuestos en evidencia, por el Espíritu Santo, mediante un pesar en nuestra conciencia. No olvidamos el cuerpo, el cual después de la cruz, sigue teniendo sus sentidos naturales, pero estos sentidos, están ahora bajo el poder de la Gracia, que es el Espíritu Santo en nosotros y por tanto NUNCA pueden llevar al Glorioso Huiós de Dios, al pecado voluntario.
Los que promueven el antinomianismo, entre otras cosas piensan que su santificación consiste en hacer menos pecados o hacer pecados menos vistosos, y a esto ellos llaman santificación. Si esto fuera verdad, que coronas van a recibir para hacer menos pecados voluntarios, o pecados menos vistoso o pecados puntuales de vez en cuando. Bueno su corona, será el lago de azufre y fuego, así de simple. Es por las buenas obras que Dios ha preparado de antemano, por los Gloriosos Huiós del Espíritu del Dios Triuno, que los Huiós, reciben las coronas, no para hacer menos pecados de ante, o de menor calidad.
La justificación tiene que ir unida a una santificación pura. La justificación quita la culpa, y restablece la unión y la comunión. La santificación pone al Glorioso hijo de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo, en el camino de hacer todo lo justo que pueda, con amor cuando el Espíritu está formado en él.
1 Co. 1:30; Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; 31 para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor.
La santificación aquí, no es teórica ni posicional, sino experimental y visible en los hechos de cada día, no habla aquí de una reducción del números de pecados, o de hacer pecados menos vistosos, habla de sabiduría, de justificación, de santificación y redención.
Ro. 6:6-11 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; 9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.
Aquí nos hace entender que en el momento que se terminó la separación (muerte del pecado una vez por todo.) una persona es justificad y viva para Dios.
Ro. 6:1-2 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? 2 En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
Aquí Pablo no dice claramente que si estamos unidos a Dios (Muertos al pecado) ¿cómo podemos vivir en separación otra vez? En el momento de esta nueva unión recibimos el Espíritu Santo de Poder y autoridad, para estar vivos en el Señor con poder y autoridad.
Ro. 6:22 Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna.
Aquí Pablo nos habla que ahora que ha habido una nueva unión y comunión, somos hechos siervo de Dios para buenas obras, no por hacer menos pecado o solo de vez en cuando. Esto es algo real, una verdadera santificación experimental, la cual su fin es la vida eterna en el Nuevo Hombre para arrancar el Reino del Espíritu de Dios, de Satanás y sus demonios... Así la santificación del Glorioso Hijo de Dios, es el fruto de su nueva unión y comunión con el Señor debida a la Sangre del Cordero en la Cruz.
1 Co. 6:8-11 Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
La Buena Nueva es, que los de Corintios desde su nueva unión estaban, justificados, lavados y santificados. Esto hace sentido porque la unión y comunión con el Señor es algo verdaderamente poderoso. Pablo le dice, en otras palabras, que ahora, debido a la obra de Cristo, podrían verdaderamente Glorificar al Señor, desde el mismo momento de su Nueva situación en unión y comunión con Él, en el poder y autoridad del Espíritu Santo.
¿Necesita el nuevo Glorioso Hijo de Dios, las buenas obras de Cristo, que le sean imputadas a él (Cargadas en su cuenta) por su santificación?
Stg. 2:20-24 ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? 21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. 24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
Aquí el apóstol habla claro: La fe que no produce buenas obras, no salva a nadie. Sea la salvación que la santificación es por medio de la fe practica y experimental, Cristo no puede imputar al creyente su buenas obras. Es el Glorioso Hijo de Dios que es llamado a hacerla realidad en su vida con la ayuda del Espíritu Santo por medio de la fe.
Hay unos versículos que parece que contradice esta doctrina veámoslo:
Ro. 4:5 mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.
Esto versículo se complementa con el otro. Aquí Pablo está describiendo a una persona antes de la cruz por tanto tiene que creer por medio de la fe para ser salvo, y no por sus obras.
Santiago está mirando a un glorioso Hijo de Dios, después de la cruz, donde las obras son el efecto de su verdadera unión con el Señor.
Ef 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Estas son las obras del Glorioso Hijo de Dios. ¿Por qué imputar las buenas obras de Cristo al creyente? Los Huiós tienen tener estas obras como su realidad.
El antinomianismo es una fábula pagana, para no decir satánica. Jesucristo tenía, como sus Huiós, amar a Dios de manera completa. Cuando lo hacemos, no sobra una cantidad para ser usada para dar a otros. Si quitamos un poco de santidad para dar otros, entonces no quedamos cortos para entrar en el Cuerpo de Cristo, y no podemos presentar al Espíritu, todo lo que fue preparado para nosotros.
Lu. 10:27 Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.
El Señor pide TODO de nosotros, todo lo que nuestro amor puede dar, en un determinado momento de nuestra vida. Debido que Cristo siempre tenía una completa unión y comunión con su Padre, y además siempre estaba lleno del Espíritu Santo, su obediencia siempre ha sido completa, y no puede sobrar nada de esta obediencia para nosotros después de la cruz. Si le quitamos algo a Cristo, lo dejamos en desobediencia, y esto es imposible debido que no habría podido subir a la cruz como cordero inmaculado y de hecho estaríamos todos bajo el juicio del gran trono blanco.
Pero hay millones de millones de supuestos creyentes, que se creen esta fábula satánica y viven una vida más que bien, estando todos convencidos de estar en paz con Dios, a pesar de sus multitudes de pecados de todo tipo. Esto lectura tiene el propósito llevar a la luz, las mentiras satánica que tiene al mundo sujeto a su príncipe en esclavitud.
La salvación es por pura Gracia Divina y se recibe por medio de la fe en Jesús (las buenas obras son un testimonio de fe genuina en Jesús). (Romanos 3:24; Efesios 2:8,9)
¿ES VERDAD QUE DIOS YA NO ME VE A MÍ SINO CRISTO EN MI?
Los antinomianistas, también creen que no importa lo que hago, su voluntad o no, el Señor ve Cristo en el Creyente y por tanto se sienten en libertad en todo lo que hacen.
Ap. 2:2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos
Ap. 2:4-5 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras;
Ap. 2:13 Yo conozco tus obras, y dónde moras,….
Ap. 2:19 Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
Estos versículos entre otros demuestran que el Señor SI mira todo lo que hacemos, y le importa. De hecho, el Glorioso Hijo de Dios, en el día del Señor, tendrá de presentarse delante al tribunal de Cristo, donde serán reveladas todas sus obras, que desde luego serán las que Cristo preparó de antemano para él hacer.
2 Co. 5:10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
Entonces seremos juzgados según lo que hemos hecho, en nuestra experiencia, mientras estábamos en este cuerpo terrenal, para buenas obras. El Señor está mirando todas nuestras experiencias terrenales, en nuestra santificación, nuestras, no las supuestas obras imputada (Transferidas desde Cristo a la santidad del hombre) de Cristo. Desde luego que todo el Honor y la Gloria, lo recibirá nuestro Señor, porqué fue Él quien preparó todas nuestras buenas obras, y es por esto que depositaremos nuestras coronas bajo sus pies, pero está en nosotros experimentarla en nuestra vida, para que estas obras en posición, se transformen en obras en nuestra experiencia personal.
Si el Glorioso Hijo de Dios, hace las obras que Cristo tiene preparado para él, qué necesidad tiene el Creyente que se le trasfiera las obras que hizo Cristo, para tener así la santidad que le falta en su santificación. Estos razonamientos tienen fundamentos Católicos en las Indulgencias y los reformados se los apropiaron.
El problema es el mismo, bebido que la gran mayoría de la personas se piensan ‘creyente’, pero de hechos, están antes de la cruz. Esto necesitan las indulgencias de los santos, y de Cristo, entres los Católicos, y de Cristo en la esfera protestante, para que esto ‘pobres creyentes’, se sientan bien y puedan tener una vida más tranquila.
No se intenta solucionar el problema de la manera que el Señor lo solucionó, los teólogos de todo el mundo lo solucionaron a su manera, para poder creer que su santidad es genuina. Al hombre estas soluciones le parecen desde luego muy apetecibles, pero no dejan de ser unas fabulas ilusorias, totalmente artificiales generadas para cubrir la culpabilidad del hombre separado de Dios.
Como tenemos expuesto la verdad es otra, Dios hizo TODAS su creación perfecta y FUNCIONAL. Esta creación funciona SIEMPRE CORRECTAMENTE si nos atenemos a los principios Divinos:
1. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza,
Ge. 1:26 Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.
2. Debido a la desobediencia Adámica el hombre se separó de Dios y como consecuencia se encontraba solo frente a sus cinco sentidos, sus deseos y emociones, y al mundo. Su mente, sin la dirección del Espíritu del Dios Triuno, fue inevitablemente llevada siempre al Pecado.
3. Ro. 5:12 Por tanto, como el pecado (La separación de Dios) entró en el mundo por un hombre, y por el pecado (La separación de Dios) la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
4. Debido a la obediencia hasta la muerte del último Adán Su Sangre, hizo posible el perdón de todos nuestros pecados y una nueva unión y comunión con el Señor.
He. 9:14-15 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo? 15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
(En el momento de la cruz)
Ro. 5:18-19 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.
Esto es un versículo, que usa lo que suportan la idea que el creyente tiene solo una santidad posicional. Es da notar que la frase: por la justicia de uno también es traducida: por una acto de rectitud. Fue este SOLO acto de rectitud en favor de toda la creación, que consiste en la muerte por el derramamiento de la sangre de Cristo, que el Espíritu del Dios Triuno, nos otorga la justificación.
También dijo: Hecho está. En el sentido que después de esto no hizo ninguna obra imputable al hombre para salvaguardar su supuesta santidad en posición.
Hay la necesidad otra vez de quitar el ‘tabú’ del pecado. Desde Adam todos los hombres nacieron con la misma naturaleza de Adam neutra, pero separada de Dios, la misma alma, el mismo cuerpo solo que el espíritu estaba muerto, a causa de la separación que tenía el hombre. Esto quiere decir que en sí, el hombre nace ‘neutral’, pero debido que es separado de Dios, debido al pecado Adámico, nace separado de Él. Es esta separación, la raíz principal, de todos los problemas, es debido a esta separación que todos pecaron y fueron destituidos de la Gloria del Espíritu del Dios Triuno.
Pero en el momento de la nueva unión con Dios, el hombre ahora, mediante el Espíritu Santo que mora en él, puede Glorificar al Espíritu del Dios Triuno, en todo lo que hace, mediante el mismo corazón, pero que ahora funciona de la manera que el Espíritu siempre deseó que funcionara.
¿QUE PARECE Y QUE PIENSA HACER AL RESPECTO?
ARMANDO ZANOLLA
Revisión el 15 de diciembre del 2014
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