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YEHOSHUA AGAIN.
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'UNA CARTA DE AMOR'
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'UNA CARTA DE AMOR'
UNAS
NOTAS SOBRE LA REGENERACIÓN (3824 paliggenesi,a paliggenesia)
LECTURA BIBLICA:
5 nos salvó, no por
obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por
el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
6 el cual
derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
7 para que
justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza
de la vida eterna.
Definición de regeneración evangélica
por Lewis Sperry Chafer
En la Biblia la palabra «regeneración» se encuentra
solamente dos veces. En Mateo 19:28 se usa en la renovación de la tierra en el
reino milenial y no se aplica a la salvación cristiana. En Tito 3:5, sin
embargo, se hace la declaración:
«No por obras de justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo».
‘Sobre la base de este texto, la palabra
«regeneración» ha sido elegida por los teólogos para expresar el concepto de
nueva vida, nuevo nacimiento, resurrección espiritual, la nueva creación y, en
general, una referencia de la nueva vida sobrenatural que los creyentes reciben
como hijos de Dios. En la historia de la iglesia, el término no ha tenido
siempre un uso exacto, pero entendido correctamente significa el origen de la
vida eterna, el cual se introduce en el creyente en Cristo en el momento de su
fe, el cambio instantáneo de un estado de muerte espiritual a la vida
espiritual’.
El versículo de Pablo
a Tito, es el único versículo bíblico que habla directamente de la
regeneración, en relación al hombre justificado, en la dispensación de la
gracia. Este versículo nos habla primeramente de nuestra justificación Esto nos
lleva al momento, usando la alegoría del olivo silvestre, de nuestra separación
del sistema del mundo, de la separación desde el olivo silvestre. La metáfora
nos explica como Yahweh, nos salvó del sistema del mundo. Pero esta salvación
no fue el fin en sí misma, nos salvó para que viniésemos un día, a ser su
herederos (v.7).
Esto no trasporta a
otros dos puntos fundaméntale.
Primero: para ser
heredero, tenemos antes, que ser insertados como niños en Cristo, en el olivo
‘cultivado’.
Segundo la savia
silvestre que está en nosotros tiene que ser lavada o eliminada y sustituida
por la savia del buen olivo.
Se
necesita una verdadera revelación espiritual por entender toda la
verdad sobre estos dos puntos, en particular sobre este versículo que Pablo
aporta.
El problema que se
nota en la definición del Dr. Chafer y de otros Dr. Evangélicos, es el uso de
la palabra ‘instantáneo’ o palabras similares.
Mientras en la mente
del Dr. Chafer, ciertamente tenía claro, que esta palabra indicaba el momento
del comienzo de la nueva vida, es sumamente importante para el autor, la
necesidad de aclarar y ampliar este concepto, de lo que pasa en la realidad,
después de este momento.
Cuando hablamos de un
‘cambio instantáneo, de un estado de muerte espiritual, a la vida espiritual’
estamos hablando del concepto de la vida eterna.
¿Cómo podemos
esclarecer lo que pasa en la realidad?
Podemos usar para
comenzar, de cómo se forma una vida en un embrión humano. Antes de la
concepción, no existía una vida humana formada, pero debido a la unión de un
espermatozoo masculino y un ovulo femenino, hubo un cambio instantáneo, y se
produjo una nueva vida. Esto me parece lo que significa la definición del Dr.
Chafer.
Los que leen esta
definición tiene el derecho de saber que es solo esto lo que significa la
palabra ‘instantáneo’.
Es lo que pasa después
de este evento, que es el punto, que no concierne en este escrito. Entre una
primera forma de vida humana, hasta tener un hombre maduro, pasa un
considerable lapso de tiempo. Esta es la visión, que el autor, quiere que
reciba el lector, a que se interesa de su vida espiritual.
Si tomamos la alegoría
de un inserto, desde un olivo silvestre, (El momento de morir al sistema del
mundo) a un ‘buen olivo’, en el momento del inserto, se produce ciertamente un
inicio instantáneo, de una nueva vida, (El bautismo del Espíritu) pero hasta
que esta ramita pueda crecer y producir fruto, ciertamente pasará un considerable
periodo de tiempo (El día de la huiothesia).
Es por esto motivo de
la frase del apóstol Pablo, cuando dice en Gatatas 5:19:
19 Hijitos míos, por
quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros,
Es en este contexto,
que ahora, podemos entender más claramente de que está hablando el apóstol
Pablo con el de que ‘viniésemos a ser herederos conforme a
la esperanza de la vida eterna’.
Según el autor, este
versículo a Tito, ha sido un fundamental tropiezo del fundamento de
toda la teoría evangélica, respecto a la regeneración del corazón del hombre.
La principal teoría evangélica, es que la regeneración, es sinónimo del nuevo
nacimiento, lo cual es correcto, pero los evangélicos dan por entender, que en
el nuevo nacimiento, se cumple al mismo momento puntual, nuestra
total regeneración.
Es por esto, que
afirman erróneamente que, cuando recibimos la vida eterna, recibimos también al
mismo tiempo, la adopción, la cual implica, recibir los derechos de la heredad
prometida. Afirman que el lavamiento de la regeneración y la renovación en el
Espíritu Santo se cumplen totalmente en el creyente al mismo tiempo del nacer
de nuevo, o esto se entiende popularmente en el ambiente evangélico.
Debido a estas
afirmaciones, los evangélicos han llegado, por el autor, a unas conclusiones
trágicas, concerniente a la vida espiritual experimental del nuevo hombre y de
consecuencia estos, viven sus vidas de una manera pasiva ya que reciben todo en
el nuevo nacimiento. No captan la extrema urgencia de crecer de su estado de
niños en Cristo, hasta llegar a ser unos huiós de Dios, con todos los derechos.
Para intentar
esclarecer este ‘caos’ vamos a usar la alegoría en romanos 11:24 que dice:
R60 romanos 11:24
Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza
es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el
buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán
injertados en su propio olivo?
Y la parábola de
Yehoshua en Jn. 15:5 que dice:
5 Yo soy
la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste
lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
6 El que en mí
no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los
echan en el fuego, y arden.
En romanos, vemos que
el hombre natural, fue insertado desde el olivo silvestre, al buen olivo. Aquí
hay dos acciones:
1. El
Labrador corta una ramita desde el olivo silvestre. (El bautismo de la crucificación
juntamente con Cristo)
En esta acción
primeramente, está implicada nuestra separación del sistema del mundo,
representado por el olivo silvestre. Desde este momento ya no recibimos su
‘savia’ corrompida, que nos alimentabas. Debido a esta separación, somos salvos
del sistema del mundo y redimidos de esta situación y aptos para ser
justificados, por medio del sacrificio del hijo del hombre. Es necesario
entender claramente que en el momento del corte, toda la ramita cortada,
incluida su antigua savia en ella, es totalmente justificada por los méritos de
Cristo. Los pecados que se pueden producir en su próximo futuro, ya están
plenamente justificados, desde el momento del corte.
2. El
Labrador nos inserta en el buen olivo.
El buen olivo
representa primeramente el nuevo hombre, la cual cabeza, es Cristo.
En segundo lugar, esta
acción, representa nuestro nacer de nuevo y recibir el don de la vida eterna (El
bautismo del Espíritu Santo en Cristo). Nacer de nuevo, no representa un nuevo
ser, que ya tenga todas las capacidades necesarias, para producir fruto, desde
el mismo instante que ha nacido.
Este nacer de nuevo,
representa un hijo legítimo, en calidad de ‘niño en Cristo’, que comienza el
proceso de la regeneración, obrada por el Dios Triuno, donde el Espíritu, tiene
el papel predominante.
Todo el mundo puede
entender, que una ramita recién insertada, es más bien muerta que viva. Esta
ramita necesita primeramente curar la zona del corte, para que la nueva savia
pueda penetrar en ella, y poco a poco remplazar la savia antigua, con la nueva.
De hecho los primeros brotes, serán el resultado de la savia antigua, y esto es
lo normal que pase en el niño en Cristo. Estos brotes representan rebelones, en
forma de pecados, que todavía la ramita insertada puede producir.
Desde esto momento
pueden pasar dos situaciones:
1. El
inserto se muere.
En esta situación, la
ramita es inútil al Labrador, el cual la corta y es echada al fuego. Esta
alegoría representa que el niño en Cristo, está rechazando la savia del buen
olivo, con el resultado, de ser inservible a Cristo. Ciertamente heredará la
vida eterna, pero solo como por el fuego. Este niño en Cristo, nunca llegará al
status de un huiós de Dios. No podrá hacer parte, ni del nuevo hombre, ni ser
parte de la novia de Cordero, ni de los vencedores, ni de la nueva Jerusalén,
ni de los vencedores. Su destino es servir en el ‘atrio’ del templo (En la creación).
Esto es debido por qué, no dejó al Espíritu, dejar formar Cristo en él. Su ‘yo’
se puso en oposición al Espíritu, de tal manera, que el Espíritu no pudo
progresar en su labor de lavamiento y de regeneración, debido que su voluntad,
nuca igualó la voluntad del Espíritu.
2. El
inserto comienza a crecer y dar fruto.
El Labrador lo
poda, para que crezca más, y pueda dar fruto en abundancia. Esto representa
nuestra completa filiación, con la seguridad de una herencia incorruptible (El
día de la huiothesia). La ramita que crece y da fruto representa un Huiós de
Dios, que un día, juntamente con Cristo, podrá devolver el Reino al Padre. El
futuro escatológico del huiós, es servir a Yahweh cara a cara por la eternidad.
Esto es posible, porqué solo el huiós de Dios, puede tener la imagen de Cristo
y solo los que tienen esta imagen formada en ellos, pueden servir a Yahweh cara
a cara.
El fallo evangélico,
es asumir que una vez que la ramita es cortada e insertada, está ya plenamente
competente para producir fruto, no contempla el libre albedrío, que tiene el
niño en Cristo, o el teknión o el paidion. Esto albedrío, pueden rechazar la
nueva savia y hacerse inservible para Cristo, debido que sus voluntades, no concordaron
con la voluntad de Dios, y se quedan estancados en la vida del niño en Cristo.
La voluntad de Yahweh es limitada siempre por nuestra voluntad, solo por medio
de una oración pura, en concordancia con la voluntad de Cristo, la savia del
olivo cultivado puede avanzar en la nueva ramita. Él Espíritu vivificante nunca
puede avanzar en solitario, Él siempre espera que la voluntad de sus niños, o
huiós concuerde con la Suya. Cuando esto pasa, Satanás se encuentra más y más
derrotado, y la vida del Hijo del hombre, puede progresar en la ramita, para
que un día pueda hace parte de una misma heredad para Cristo, y de la misma
gloria del Unigénito hijo de Dios en la eternidad, como primogénito del nuevo
hombre en la nueva creación. La savia del olivo cultivado, la penetra en la
ramita insertada, la cual es Cristo, es nuestra santificación. Nacimos de nuevo
como teknión según Juan, en esto estado, nuestra santificación, que es Cristo,
comienza a penetrar en nosotros. Como Paidion, o niños en Cristo, progresamos
hacia una mayor santidad, para culminar como huiós de Dios, cuando Cristo está
formado en nosotros. Es cuando nuestra santificación, hace posible nuestra
consagración y unción, como huiós de Dios y comenzamos a tener desde este
momento, el fruto agradable para Cristo y para el Padre.
Es en esta situación,
que en verdad, podemos ministrar plenamente al Señor, cuando Cristo es formado
en nosotros. Cuando hemos sido consagrados y ungidos, podemos ministrar a
Yahweh cara a cara, nuestra más preciosa grosura, que es la vida de Cristo
formada en nosotros. Está bien ministrar en el atrio, pero nuestro anhelo mayor
es ministrar a Dios, en el lugar Santísimo, con nuestra pertenencia más
preciosa, no solo para nosotros, más también para nuestro Padre que es Cristo
formados en nosotros. De hecho, lo único que puede satisfacer al Padre, es la plenitud de Cristo, formado en nosotros.
El padre no nos
necesita para cumplir su voluntad en la Iglesia, la única ayuda que Dios
contempla para llevar adelante su Iglesia, es Cristo formado en el nuevo hombre.
Si tenemos Cristo formado en nosotros y lo ministramos al Padre como nuestra
vida, conscientes, que solo por medio del Él, la Iglesia seguirá su curso,
entonces y solo entonces, podremos estar más que confiados, que la Iglesia
prosperará, porque si presentamos a Dios, Cristo, le presentamos su misma
Gloria, y todo esto solo puede ser por medio de la fe, que Cristo está obrando,
para que Su savia, penetre en profundidad, en el corazón del niño en Cristo.
Nuestra redención y
nuestra santificación serán completas cuando también nuestro cuerpo mortal será
redimido el día que ascenderemos al cielo.
Según 1 Juan 2:12-13
somos teknión, en el momento de nuestra justificación. Somos paidion,
al nacer de Nuevo y no hay dudas alguna que somos huiós, en la huiothesia, como
se afirma en Gálatas 4:5,6.
5 a fin de que
redimiera a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
la filiación de hijos.
6 Y porque
sois hijos (huiós), Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo (huiós) a nuestros
corazones, clamando: ¡Abba! ¡Padre!
Al llegar a ser huiós,
el nacido de nuevo, puede hacer parte activa del nuevo hombre ya de manera
permanente.
En nuestras iglesias,
podemos ver, cómo millones de millones de creyentes, rechazan la nueva savia, y
son inservibles por la Iglesia, que es el nuevo hombre, debido que rechazan la
luz espiritual, que tiene el poder para poder ver, y poder entender toda
la verdad.
A pesar de estas
evidencias, los evangélicos, insisten en su postura, y siguen produciendo millones
de millones de niños en Cristo que se mueren, sin entender que entrarán en el
Reino de Dios, solo por el fuego, en calidad de niños en Cristo, perdiendo la
oportunidad, de ser directamente útil al Dios Triuno, cara a cara en el ‘lugar
santísimo’.
Vamos ahora a tratar
de entender, las dos siguientes definiciones el versículo de Pablo en Tito:
1. ¿En
qué consiste el LAVAMIENTO DE LA REGENERACIÓN?
2. ¿En
qué consiste LA RENOVACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO?
1. El
lavamiento de la regeneración consiste, usando la alegoría de la savia de olivo
silvestre, lavar esta savia silvestre, o mejor eliminar esta savia,
de la ramita recién cortada. Debido que la ramita, ya nos es unida al olivo
silvestre, ya no se puede alimentarse de él, para remplazar la savia eliminada
por el lavamiento del Espíritu. El niño en Cristo, es llamado a creer
diariamente, como totalmente reales, todas las obras realizadas por Cristo a su
favor. Cuando esto pasa, es cuando la voluntad del niño Cristo, concuerda con
la voluntad de Cristo, y la savia que es el Espíritu de Cristo puede avanzar en
la ramita, que representa al niño en Cristo. Esto es el lado positivo del
lavamiento. Hay también un lado negativo y es por medio de pecados, producidos
por la misma savia silvestre. Cuando estos pasa, usa lo que es la savia del
olivo silvestre, que está en la ramita consumiendo lo que queda en ella. En
cada caso seas positivo o negativo, cada día que pasa, esta savia silvestre, se
encontrará en menor cantidad en la ramita, y cada día más, tendrá meno poder en
el niño en Cristo.
2. La
renovación del Espíritu Santo consiste, que mientras tanto, que la savia
silvestre es eliminada, por medio del lavamiento, su lugar es ocupado
inmediatamente, siguiendo la misma alegoría, por la savia del ‘buen olivo’, que
es la figura del Espíritu de Cristo, donde en Él reside, toda la plenitud de la
Deidad del Dios Triuno. Tal vez podemos entender, que cuando esta savia
‘cultivada’, tiene la supremacía, es el momento de tener la posibilidad de
poder crecer y producir el buen fruto, para llegar al momento de la huiothesia,
en la experiencia del niño en Cristo. Más el Espíritu penetra en el corazón del
niño en Cristo, más puede progresar la santificación, en su experiencia humana,
debido que solo el Espíritu es nuestra santificación. Esta no es lograda por
nuestro esfuerzo, nuestra diligencia, nuestra disciplina, o por la negación de
nuestro yo; la verdadera santificación, solo la logra Cristo en nosotros, cada
día en mayor cantidad, según su voluntad. Es verdad, que desde la perspectivas
de Dios, todo ya está cumplido, pero desde la perspectiva humanas, esta verdad
espiritual, tiene que realizarse paso a paso, en nuestra experiencia humana.
La huiothesia
experimental del niño en Cristo, es el momento más esperado por el Dios Triuno,
en toda la vida terrenal de la ramita, la ‘huiothesia’, es el momento eminente
de la filiación eterna, donde ya el yo del hombre, está bien sujeto, a la
voluntad de su Creador.
Es el momento
culminante de la obra del Soberano, en el hombre en esta tierra, un hombre una
vez perdido y ahora hallado.
Es el momento, donde
el Padre, le otorga el derecho soberano, sobre todo lo que Él tiene, debido
que, desde este momento, el huiós puede decir, que ‘conoce’ a Cristo, debido
que está viviendo íntimamente en él, en supremacía.
Es el momento, que el
huiós, es presentado oficialmente a su novio, con todos los derechos de casarse
pronto con él.
Es el momento, de ser
considerado, por el Dios Triuno, como unos de los vencedores.
Es el momento, de ser
considerado, por el Dios Triuno, parte de la nueva Jerusalén.
Es el momento, de ser
considerado, por el Dios Triuno, parte permanente del nuevo hombre.
Es el momento, de
conocer en parte, al Dios Triuno, cara a cara.
Es el momento, de
hacer parte oficial de las Iglesia, de manera permanente.
¿Esto es todo? ¡De
ninguna manera!
Hemos mencionado:
‘cuando esta savia ‘cultivada’ tiene la supremacía’ pero aun no la tiene
‘toda’.
El huiós, desde esto
momento, solo conoce en parte al Dios Triuno, y el Dios Triuno, solo conoce en
parte, al nuevo huiós, hay todavía mucho camino por a delante, para poder vivir
lo que dice Pablo en Ef. 3:16-19:
16 para que os dé,
conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el
hombre interior por su Espíritu;
17 para que
habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor,
18 seáis
plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura,
la longitud, la profundidad y la altura,
19 y de
conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios.
Nunca en nuestra vida
terrenal, llegaremos al conocimiento pleno del Dios Triuno. Estar llenos de
toda la plenitud de Dios, no es solo tener Cristo formado en nosotros, es
tenerlo formado al cien por ciento. Aquí en la tierra, no llegaremos a la
plenitud de esta meta, pero a pesar de todo, esta es nuestra más gloriosa meta,
la cual se consumirá en los cielos, para todos los gloriosos huiós de Dios.
¿QUE TE PARECE, Y QUE
VA HACER AL RESPECTO?
ARMANDO ZANOLLA
Berlín, el 25 de
diciembre del 2013
Revisión Berlín el 29
de diciembre del 2013
Revisión Berlín el 31
de diciembre del 2023
Revisión Berlín el 05
de enero del 2014
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